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China y el fin de la “diplomacia panda”: ¿qué relación hay entre los osos y Estados Unidos?

El oso panda o panda gigante (Ailuropoda melanoleuca) es una especie de mamífero del orden de los carnívoros, nativo de lo que hoy es China central. Estos ejemplares habitan en regiones montañosas, principalmente las de Sichuan, hasta una altura de 3 500 metros sobre el nivel del mar. Pero, ¿qué tiene que ver este tierno animal con las relaciones internacionales de China?

Recientemente el gigante asiático le pidió a Estados Unidos que le devolviera una pareja de pandas con su cría que le había “alquilado” durante décadas y que eran las “estrellas” de un zoológico. El hecho de “donar” osos pandas o “alquilarlos” es parte de las relaciones exteriores de China. Según expertos, la “diplomacia panda” es una estrategia china en la que, tras enviar a otros países ejemplares de pandas, su animal nacional, refleja lazos de “amistad y cooperación”.

La especialista en política china y profesora de la Universidad de Michigan, Mary Gallagher, le dijo a la BBC: “La diplomacia panda se utilizó de manera muy eficaz para hacer que China pareciera no sólo más amigable sino también más familiar para la gente. Para, en cierto modo, permitir que China reingresara a la sociedad global”. Y agregó que ahora la “diplomacia panda” se usa como “instrumento de influencia”.

Oso panda bebé. (Foto: NA/ Kenzo TRIBOUILLARD/ AFP).

Diplomacia panda: la historia de los osos exiliados

Varios historiadores informan que la diplomacia panda se remonta al siglo VI, cuando la emperatriz china Wu Zetian (624 a 705), de la dinastía Tang, envió un par de osos a Japón. Después de la Revolución china, la práctica se volvió habitual, pero fue a partir de 1970 que al listado de países beneficiarios se les sumaron Estados Unidos y el Reino Unidos, entre otros países occidentales.

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Los expertos aseguran que esta diplomacia ayudó al gigante asiático a promover vínculos políticos y económicos con decenas de gobiernos, mejorar su imagen internacional e influir en otros países a través de sus aspectos culturales. Inclusive, esta especie ayudó a promover asociaciones comerciales.

Sin embargo, desde la década de 1980, los animales dejaron de ser “regalos” para ser “prestados” con un costo económico. Los destinatarios pagan hasta un millón de dólares al año por cada panda. Por su parte, el gobierno chino se compromete a invertir este dinero en la preservación de los pandas en su hábitat y los bosques de bambú donde habitan.

De esta forma, en el 2000, el Zoológico de Washington negoció la compra de dos pandas gigantes llamados Mei Xiang y Tian Tian con la Asociación China para la Conservación de la Vida Silvestre (WWF). Los ingresos al zoológico fueron tales que renovaron hasta tres veces el alquiler (de diez años cada contrato) para conservar la pareja. Sin embargo, a partir de ahora, ya no se renovarán más y los pandas junto con sus crías volverán a su tierra natal.

De la misma manera, otros países también tendrán que devolver sus pandas a China en el corto plazo, ya que no les renovará los préstamos. ¿Las causas? Son dos las hipótesis que barajan los expertos:

  • por un deterioro en las relaciones entre los países occidentales y China.
  • por un tema de nacionalismo, donde los chinos exigen cuidar a sus pandas en sus territorios naturales y no en zoológicos extranjeros.

Quizás sea una mezcla de ambas.

El panda, el emblema de WWF y un tesoro chino

A priori, ningún activista aceptaría la idea de sacar a un animal de su hábitat natural por negocios, pero hay una buena noticia: gracias a la visibilización de los pandas en el mundo, la donación de organizaciones y el dinero asignado a China por sus préstamos, el oso panda pasó de ser una especie en peligro de extinción a una especie considerada “vulnerable” por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

Los expertos estiman que hay poco más de 1 800 en estado salvaje, en poblaciones dispersas en el centro de China y la cifra de pandas viviendo en libertad está en aumento. Desde 1961 esta especie que se alimenta casi al 99% de bambú es el símbolo de WWF.

Estos osos también se alimentan de frutos, pequeños mamíferos, insectos y peces. Aunque son buenos trepadores, rara vez se los ve en los árboles. Se adaptan a la cautividad y gracias a su pelaje no sufren las condiciones invernales. Los pandas son una parte importante del imaginario colectivo chino: son un símbolo y un tesoro nacional en este país.

Meri Villlola

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