“Tengo mis dudas de que el cambio climático sea real”, dijo el ministro de Agricultura de Paraguay, Carlos Giménez, el miércoles pasado, en una entrevista radiofónica en la 1080 AM. “Siempre hubo sequías e inundaciones en Paraguay”, remató.
“Desde que tengo uso de razón, siempre hemos tenido esa situación, hay épocas en que las lluvias son oportunas y otras en que no, no hay que tomarlo como un cambio climático”, sentenció al aire.
Paraguay tiene abundantes inundaciones, sequías extremas y hasta tornados. Sin embargo, el ministro Giménez dijo: “Estoy de acuerdo en que se hable de calentamiento global, pero con el cambio climático, para mí, son cosas completamente distintas”.
Según su opinión, el calentamiento global se debe al uso de vehículos y a las emisiones de carbono. La NASA explica que “calentamiento global” se refiere al calentamiento (aumento de la temperatura planetaria) a largo plazo de la Tierra. Por su parte, señala que el “cambio climático” abarca el calentamiento global, pero que se refiere a la gama más amplia de cambios que le están ocurriendo al planeta, como el aumento del nivel del mar, la reducción de los glaciares de montaña y la aceleración del derretimiento del hielo en Groenlandia, entre otros.
“Todas estas son consecuencias del calentamiento, que es causado principalmente por la quema de combustibles fósiles y la emisión de gases que atrapan el calor en el aire”, sintetiza.
Giménez dijo esa frase por la resolución de la Unión Europea (UE) de no comercializar con productos que provengan de la deforestación. El funcionario dijo que “analizaría los requisitos medioambientales” de la UE y se mostró disconforme de estas: “Una de las cosas que exigen es que los productos no provengan de zonas deforestadas”.
En septiembre, la Unión Europea limitó las importaciones de productos que no garantizan una trazabilidad sin deforestación. Argentina y otros 16 países, entre ellos Paraguay, le enviaron una carta mostrando su preocupación ante esta medida.“Podría incluso producir otros efectos adversos, como el aumento de la pobreza”, aseguraron.
A pesar de los negacionistas, la ciencia es tajante: el cambio climático existe y la humanidad es la responsable. El IPCC (Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de la Organización de las Naciones Unidas -ONU) es un órgano científico, pero no lleva a cabo investigaciones propias: examina y evalúa la bibliografía científica, técnica y socioeconómica más reciente para la comprensión del cambio climático. Es el encargado de recopilar, analizar y sintetizar la información sobre el tema y, a su vez, da recomendaciones para afrontarlo. Además, en sus informes colaboran cientos de especialistas de todo el mundo.
“Si existieran estudios que no estén siendo tenidos en cuenta por el IPCC, los revisores externos pueden sugerirlos y los autores tienen que dar respuesta a ello. Es un proceso transparente”, explicó a Chequeado el investigador del Conicet en el Centro de Investigaciones del Mar y la Atmósfera (CIMA) Leandro Díaz. Y agregó: “El rol del IPCC es muy importante, sistematizando todo lo que se conoce”.
Por su parte, la doctora en Ciencias de la Atmósfera, Carolina Vera, investigadora del Conicet y profesora emérita de la Universidad de Buenos Aires (UBA), dijo a Chequeado: “Somos científicos, tiene que haber evidencia y métodos detrás de las afirmaciones, no son simplemente opiniones”.
Más del 99,9% de las publicaciones científicas revisadas por el IPCC afirman que el cambio climático existe y que es, principalmente, causado por la acción humana, en particular por el uso indiscriminado de los combustibles fósiles.
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