Tierra del Fuego, miércoles 19 de noviembre de 2025. En el mes de junio de 2021, la legislatura fueguina aprobó por unanimidad el proyecto de ley que prohíbe la salmonicultura en Tierra del Fuego; actividad que amenaza no solamente al medioambiente sino a la salud y la economía de la provincia. La ley, promovida por el legislador Pablo Villegas del Movimiento Popular Fueguino, puso a la Argentina en los ojos del mundo, y la posicionó como el primer país en tomar una decisión de tal magnitud en cuanto al cuidado del medioambiente. Un proyecto presentado por el ejecutivo busca modificar la ley y retroceder en el cuidado del planeta. La comunidad científica, ambientalistas y referentes locales están en alerta por lo que pueda suceder luego del receso legislativo.
La salmonicultura es la siembra y cosecha intensiva de salmónidos bajo condiciones controladas para fines comerciales. En este tipo de producción, se engorda a los salmones en “jaulas flotantes” ubicadas normalmente en bahías y fiordos a lo largo de las costas, una técnica que se originó en Noruega a finales de 1960. La cría intensiva de salmones en jaulas solamente es posible en un determinado tipo de ecosistema (frágil, prístino, de aguas frías y sumamente ricas en biodiversidad) lo cual generó en los últimos años una presión extrema en los lugares donde su desarrollo es posible. Entre las consecuencias de la salmonicultura se encuentran la mortandad masiva de salmones, la proliferación de algas nocivas, la introducción de especies exóticas, la alteración de los ecosistemas y la pérdida de fauna local, la generación de zonas “muertas” y el enmallamiento de mamíferos marinos. A lo largo de los años, las empresas salmoneras se han visto envueltas en numerosos escándalos relacionados a los escapes, mortandades y uso indebido de antibióticos. En la Argentina, el único lugar viable para este tipo de emprendimientos son las prístinas aguas que rodean a la isla de Tierra del Fuego. Estas aguas, además de concentrar el 50% de los bosques de macroalgas que existen en el país, son uno de los grandes sumideros de carbono del planeta y el hogar de una gran cantidad de fauna marina.
Una ley ejemplar en peligro
Hace exactamente cuatro años, la provincia de Tierra del Fuego había sido pionera en el mundo con la sanción de la Ley 1355, votada por unanimidad, que frenó a la industria salmonera antes de que se pueda instalar en el país.
En ese sentido, el antropólogo investigador del CONICET Ernesto Piana expresó que “la ley vigente es fruto de más de tres años la investigación de los legisladores se convocó a científicos, ONGs, productores, pescadores, comunidad en general, se averiguó en el extranjero. Hubo una investigación muy extensa y paralelamente, hubo un movimiento binacional, junto con Chile. Si en el ’78 casi entramos en guerra, el rechazo a las salmoneras y la protección de las aguas fueguinas nos encontró unidos.”
Piana comenta que “hace sólo 4 años esa ley fue votada por unanimidad de los legisladores representantes del pueblo fueguino. El ambiente no se modificó. Las tecnologías de explotación salmonera no cambiaron significativamente. La pregunta que entonces surge es ¿qué razones de peso hay como para modificarla? Cada uno puede suponerlas, porque no han sido presentadas”.
Y agrega: “Un punto fundamental a ser tenido en cuenta es el mensaje que, consciente o inconscientemente, reciben posibles emprendedores, sobre todo pequeños y locales: no hay seguridad legal. Cuidado al poner su plata y su esfuerzo porque le podemos cambiar las condiciones en 4 años. Sea la ley que sea. Hayan participado los legisladores que hayan participado. Incluso si fue antes fue aprobada por unanimidad, incluso por algunos legisladores que ahora la modifican. Y esto es particularmente sensible y problemático en un momento en el que en la Argentina cunde la desconfianza sobre las instituciones”.
Para Antonela Guevara, la primera abogada del pueblo Selk´nam de Tierra del Fuego y líder comunitaria local, uno de los principales problemas es que “la ley nunca fue reglamentada y ese debiera ser el paso legal siguiente, antes que tratar un nuevo proyecto”. Y agrega que “hay un lobby muy intenso planteando a la salmonicultura como la salvación cuando está probado que es una industria que destruye la naturaleza y además afecta a muchas otras industrias locales. Hay grupos interesados que instalan discursos confusos en los medios locales y quieren influir en la comisión”.
Intento fallido
La primera arremetida contra la Ley ocurrió en la última reunión de comisión antes de las vacaciones de invierno. Guevara no participó, pero lograron presentar por nota la impugnación del proceso por la falta de consulta. Por decisión mayoritaria los legisladores aceptaron el proceso de consulta y elevaron nota al Ejecutivo. Con esta acción lograron que ese día no tuvieran Dictamen y que el tema quede pendiente hasta terminar el receso legislativo. Sin embargo, este lunes, en reunión de Labor Parlamentaria lograron que la modificación de la Ley se trate en la sesión del miércoles 19 de noviembre.
Comunidad en alerta
Ante la amenaza, la comunidad fueguina volvió a movilizarse. Los gastronómicos realizaron una manifestación el pasado sábado 15 para reclamar por el respeto y la no modificación de la Ley. Este martes, se concretó un ruidazo en Ushuaia y Río Grande y también llegaron apoyos desde el exterior. La sociedad civil está en vilo tratando de evitar lo que sería un retroceso dramático en la lucha contra la destrucción de los recursos naturales y el avance de la crisis climática.
