El aceite vegetal que se usa en hogares y locales gastronómicos para freír es descartado, muchas veces, en cañerías, terminando en arroyos, ríos y mares. Según un estudio, más de la mitad de los argentinos no separa este residuo, lo que representa un descarte anual de 100 millones de litros. En el marco del Día Mundial del Agua 2024 te contamos cómo cambiar hábitos y ser parte del cambio.
Tan solo un litro de aceite vegetal usado contamina hasta 1000 litros de agua. Un estudio de la FAUBA y la empresa santafesina DH-SH, advierte que en el país, quienes cocinan en sus hogares, apenas un 22% recupera este residuo en forma regular, el 25% lo hace en forma ocasional y un 53% nunca recupera el aceite una vez utilizado para freír.
A pesar de que el planeta está compuesto mayoritariamente por agua, solo el 2.5% es agua dulce y tan solo el 0.007% del agua existente en la Tierra es potable, cantidad que se reduce año a año debido a la contaminación.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2022, 6 000 millones de personas (el 73% de la población mundial), se abastecían a través de un servicio de suministro de agua para consumo humano gestionado de forma segura: ubicado en el lugar de uso, disponible cuando se necesita y no contaminado. El restante 27% se proveía de otras fuentes no protegidas como agua proveniente de pozos o agua superficial no tratada.
El agua contaminada es causante de una enorme cantidad de enfermedades como el cólera, otras enfermedades diarreicas, la disentería, la hepatitis A, la fiebre tifoidea y la poliomielitis, según la OMS. Si bien son muchas las causantes de esta contaminación, uno de sus enemigos cuyo uso se extiende a gran parte de la población es el aceite vegetal usado.
La empresa DH-SH, dedicada desde hace 20 años a la logística y saneamiento de la industria aceitera, en conjunto con la Facultad de Agronomía de la UBA, durante el 2022 hizo un estudio de investigación respecto de la Gestión del Aceite usado de Cocina que determinó que una de las principales fuentes de generación de este residuo corresponde a los hogares.
El informe destaca que en Argentina se desechan 95 millones de litros de aceite vegetal usado por año, provenientes de los pequeños generadores, es decir, de los hogares. El problema es que muchas personas no saben cómo disponerlo y lo tiran en las alcantarillas.
“Este residuo muchas veces se mezcla con comida, atrae ratones, insectos y obstruye las cañerías. Si el aceite no se solidifica, continúa fluyendo en el alcantarillado y llega a las plantas de tratamiento. Estas plantas, al recibir contenido de aceite, enfrentan inconvenientes a la hora de tratar estos residuos. Los tratamientos son muy costosos y aumentan el tiempo necesario para tratarlos”, dijo Ziomara Mathey Doret, Ingeniera Ambiental y analista ambiental de la firma DH-SH.
Cuando el aceite usado no es tratado y se vierte directamente en un curso de agua natural forma una película sobre la superficie y esa capa de aceite impide el intercambio de oxígeno entre el agua y el aire, lo cual afecta la vida acuática, incluyendo plantas y peces.
Además, la analista de DH-SH advirtió que el aceite que se necesita para crear esa película invisible en el agua es muy poco, por lo que se hace imprescindible una buena gestión para evitar efectos adversos. De esto surge la importancia de que las ciudades puedan contar con puntos de reciclaje para gestionar este residuo de manera adecuada y evitar la contaminación de cursos hídricos.
Con el objetivo de darle nueva vida a este residuo , la empresa DH-SH, emplazada en Capitán Bermúdez, Santa Fe, creó en 2017 la campaña “Reciclá tu Aceite”.
La iniciativa incluye la instalación de puntos verdes para la comunidad, la gestión de aceite vegetal usado para grandes generadores y la implementación de un programa de educación ambiental para escuelas, con el cual la firma ya alcanzó a más de 2 000 estudiantes.
Desde que se implementó la campaña, la empresa logró instalar más de 300 puntos verdes en el país, en el marco de más de 100 convenios firmados con municipios de las 15 provincias. Las personas pueden acercarse al punto más cercano para dejar su aceite vegetal usado en botellas plásticas y garantizar que este insumo sea reciclado. DH-SH se encarga de su recolección y posterior traslado a la planta donde se acondiciona y se convierte en materia prima para la producción de biocombustible de segunda generación.
“Hay quienes realizan jabones o velas a partir del aceite usado. La idea, en nuestro caso, es reciclarlo en lugar de reutilizarlo porque llega un momento en el cual el aceite ya no se puede volver a usar y se pierden sus propiedades. Nosotros lo filtramos sacándole todos los restos de comida o suciedad para que luego sea materia prima de otro proceso y se transforme en biodiesel. Formamos parte de una cadena de transformación que no es lo mismo que reutilizar”, dijo Ziomara Mathey Doret y agregó que el aceite vegetal siempre puede ser reciclado sin importar el color con el que llega a la planta.
Para dimensionar cómo el reciclaje puede formar parte de una solución ambiental a gran escala, DH-SH lanzó su Primer Reporte de Sustentabilidad basado en estándares GRI, que también es el primero en su rubro en Latinoamérica. En él se destaca que desde su inicio, la campaña evitó que este residuo contamine 12 517 391,3 metros cúbicos de los recursos hídricos, lo que representa el volumen de 5 mil piletas olímpicas.
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