A lo largo de mi camino de más de 13 años en el Sistema Financiero, y actualmente como Consultor en Sostenibilidad Empresarial, veo y siento que cuando hablamos de financiamiento sostenible, los protagonistas suelen ser los bonos verdes, sociales o sostenibles (Bonos SVS) y las Obligaciones Negociables (ON).
Sin duda, el Mercado de Capitales es un gran impulsor, y son herramientas poderosas… cuando la empresa se encuentra en condiciones de emitirlas. Lo cierto es que la gran mayoría de las PyMEs aún no está en ese estadio.
¿Significa eso que no pueden impulsar proyectos con impacto ambiental y/o social? No. El ecosistema de financiamiento sostenible es mucho más amplio, y esa amplitud rara vez es conocida por nuestras micro, pequeñas y medianas empresas.
El sesgo del Mercado de Capitales
Este enfoque sucede tanto en Argentina como en el resto de América Latina.
Según datos de BYMA, en Argentina se han emitido 79 bonos temáticos por un monto total que supera los USD 1.600 millones desde 2019 al cierre de 2024, un crecimiento notable. A nivel regional, se registraron emisiones de bonos sostenibles por más de USD 50.000 millones entre 2020 y 2023, según Climate Bonds Initiative.
Esto evidencia el posicionamiento del Mercado de Capitales como protagonista y catalizador clave, y la tendencia creciente de inversores interesados en proyectos que no solo buscan rendimiento económico, sino también impacto socioambiental positivo.
Ahora bien, ¿son instrumentos accesibles a todas las PyMEs? Quizás no. Su nivel actual de desarrollo, el acceso limitado al crédito y los requisitos para la emisión (costos de estructuración, volumen mínimo, calificación ESG, tasas, etc.) pueden ser un limitante.
¿Y si ampliamos y profundizamos el enfoque?
La sostenibilidad no debería ser vista como un lujo o una aspiración lejana para las PyMEs. Como bien afirma el Pacto Global de Naciones Unidas:
“Las PyMEs no solo representan más del 90% de las empresas en América Latina, sino que también tienen un rol central en la transformación hacia economías más sostenibles e inclusivas” (UN Global Compact, 2023).
El acceso a financiamiento adecuado, diverso y accesible es una condición clave para que las PyMEs integren la sostenibilidad en sus modelos de negocio. Para ello, es esencial ampliar el concepto de financiamiento sostenible para incluir herramientas que se adapten a todas las PyMEs, sin importar su tamaño o nivel de desarrollo.
Para ello, es importante resaltar que las PyMEs tienen a su disposición una diversidad de instrumentos financieros sostenibles, que se suman y complementan al Mercado de Capitales, capaces de adaptarse a sus necesidades y capacidades. Entre ellos podemos mencionar:
- Crowdfunding
También llamado financiamiento colectivo. Permite a emprendedores y organizaciones recaudar fondos mediante pequeñas contribuciones de muchas personas, generalmente a través de plataformas digitales. - Fondos de inversión de impacto
Invierten en empresas con impacto ambiental y social, aportando capital, asistencia técnica y acompañamiento estratégico. - Cooperación internacional y organismos multilaterales
Programas como el GEF, el BID, la CAF o la ONU ofrecen subsidios, préstamos blandos y asistencia técnica, muchas veces no reembolsables o con condiciones muy favorables. - Agencias y programas gubernamentales
Tanto a nivel nacional como provincial, ofrecen líneas de financiamiento sostenible mediante préstamos, subvenciones, bonos verdes y fondos especiales. - Préstamos verdes y líneas de crédito sostenibles
Bancos públicos y privados financian inversiones en energías renovables, eficiencia energética, economía circular, inclusión social y empoderamiento femenino con condiciones preferenciales. - Banca ética y finanzas solidarias
Otorgan financiamiento priorizando el propósito y el impacto social y ambiental por sobre el rendimiento financiero. - Financiamiento mixto (blended finance)
Combina recursos públicos, privados e internacionales para reducir riesgos y facilitar el acceso de las PyMEs a fondos.
Más allá del acceso: educación y acompañamiento
La democratización del financiamiento sostenible requiere educación financiera y acompañamiento técnico. Según el Índice de Competitividad y Acceso al Financiamiento 2025 de CAME, más del 47% de las PyMEs desconoce la existencia de programas de asistencia o financiamiento, y la situación se repite en gran parte de la región.
La sostenibilidad solo será transformadora si incluye a quienes representan la economía real: nuestras PyMEs. Para lograrlo, debemos expandir el concepto de financiamiento sostenible, visibilizar alternativas accesibles y acompañar a las empresas en el camino hacia proyectos con impacto ambiental y social positivo. Porque el verdadero cambio se construye con ellas, no sin ellas.
*Leandro Balaguer es co-fundador de EcoEtika y consultor en Sostenibilidad Empresarial. Formado en Administración de Empresas y especializado en Finanzas Sostenibles y de Impacto, acompaña a PyMEs en su transformación sostenible punta a punta.
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