Los satélites de la NASA miden desde hace décadas los cambios dramáticos en los bosques del mundo. Sin embargo, este organismo explica que esta tecnología son los “ojos en el cielo” que brindan información oportuna y certera sobre el cambio climático y la actividad humana en estos ecosistemas, principalmente, en los más remotos. Inspirados por Jane Goodall, quien lleva adelante una labor inmensa de conservación de los chimpancés, pusieron a su servicio sus satélites para regenerar el hábitat de estos mamíferos y ayudar al desarrollo sostenible de las comunidades locales.
El Instituto Jane Goodall está trabajando con la NASA y utiliza imágenes y datos satelitales de ciencias de la Tierra para mejorar sus esfuerzos de conservación de bosques y chimpancés en África, particularmente en la región de Gombe, en Tanzania. “Las observaciones y análisis desde arriba ayudan al programa TACARE de Goodall a tener un enfoque liderado por la comunidad para conservar el ambiente y mejorar y enriquecer las vidas de las personas que viven cerca. Estos esfuerzos son cruciales para proteger la biodiversidad del planeta y lograr el desarrollo humano sostenible del paisaje”, informó la NASA en su sitio web.
Jane Goodall es la famosa etóloga inglesa que revolucionó la ciencia desde 1960 por sus métodos innovadores y sus grandes descubrimientos sobre la conducta de los chimpancés de Gombe. La etología es la rama de la biología y de la psicología experimental que estudia el comportamiento de los animales, tanto en su hábitat como en condiciones de laboratorio. “Cuando empecé a estudiar a los chimpancés había cerca de dos millones de ejemplares, pero hoy quedan 300 000 y están en ambientes fragmentados con pocas probabilidades de sobrevivir. Están en grave peligro de extinción”, señaló en el video compartido por la NASA.
Sin embargo, tanto Goodall como la NASA, resaltaron los buenos resultados que también consiguen con su alianza gracias a los satélites. Por ejemplo, dijeron que, al tener la información casi en tiempo real, pueden llegar a los lugares que están siendo degradados más rápidamente para poder intervenir. Por su parte, la etóloga destacó la sorpresa de las comunidades al ver las imágenes satelitales y cómo esa información les permitió tener un mejor panorama para relacionarse con su medio. En el video, afirmaron que el 80% de la biodiversidad del mundo está en manos de pueblos originarios y comunidades locales. Además, detalló que en África el porcentaje es del 65%.
Los satélites, afirmaron, son “indicadores de la salud de los territorios”. “Las historias contadas con imágenes son muy poderosas”, dijo Goodall y detalló que también esa tecnología muchas veces muestra cómo una zona degradada, en pocos años, gracias al trabajo en conjunto, se regenera. “Los satélites dan esperanza de que las cosas pueden cambiar. Yo imagino un futuro en el que la tecnología esté casada con el amor y la compasión”, concluyó.