Aguas residuales radiactivas de la planta nuclear de Fukushima serán vertidas al Océano Pacífico. Corea del Sur, China y algunas islas del Pacífico protestaron contra la medida porque podría comprometer la seguridad de la población.
El Gobierno de Japón y TEPCO, la operadora de la central de Fukushima, liberarán 1,32 millones de toneladas de agua radiactiva proveniente del desastre nuclear —el equivalente al peso de 5840 Estatuas de la Libertad—. Antes de liberarlas, las aguas fueron tratadas. Se les quitó la mayoría de los isótopos radiactivos y fue mezclada con agua marina, según informó Infobae.
Por el momento están siendo inspeccionadas por la Autoridad de Regulación Nuclear. Para que el vertido sea lejos de las costas, se instaló un túnel submarino que desemboca a un kilómetro de distancia.
El rechazo de grupos pesqueros y de países vecinos
El anuncio del vertido de aguas residuales de Fukushima despertó las alarmas de varios sectores de la sociedad. Grupos pesqueros locales temen por la seguridad de los habitantes y de la fauna marina. Si bien el gobierno japonés aseguró que la medida fue consultada antes con los pescadores, estos niegan haber dado su consentimiento.
Desde China manifestaron que el plan de Japón para deshacerse de las aguas residuales está siendo promovido “a la fuerza” y que debería hacerse “de manera científica, segura y transparente” y con “una estricta supervisión internacional”, dijo el vocero del ministerio de Relaciones Exteriores de China, Mao Ning.
Una huelga de hambre en contra de Fukushima
Días atrás, una política de Corea del Sur empezó una huelga de hambre frente a la embajada japonesa en Seúl en protesta por el vertido de aguas residuales de la planta nuclear de Fukushima.
Lee Jeong-mi es la líder del bloque liberal. En una rueda de prensa, dijo que empezó la huelga de hambre decisión porque el gobierno surcoreano “se mantiene en silencio en un momento en el que el vertido de agua es inminente”, según informó Infobae.