Hace ya dos años que la empresa española Nueva Pescanova dijo que quería instalar en el Puerto de Las Palmas, en las Islas Canarias, la primera granja de pulpos del mundo. Recientemente, este proyecto pasó por la evaluación ambiental simplificada, pero el Gobierno español finalmente dijo que será sometido al procedimiento de “evaluación ambiental ordinaria”, lo que significa que “tiene efectos significativos sobre el ambiente” y que es necesario un análisis más exhaustivo.
Según la Consejería de Transición Ecológica y Energía del Ejecutivo regional, la empresa aún no remitió la documentación necesaria para iniciar este nuevo trámite. No hay respuestas oficiales sobre por qué le solicitaron hacer este proceso de evaluación más largo, pero sí hubo muchas quejas sobre esta granja de pulpos. Alrededor de 30 eurodiputados, le dijeron al gobierno canario que detenga el criadero por los “peligros” que encarna “no solo para el bienestar animal sino también para el ambiente y la salud humana”.
A través de una carta y con el apoyo de científicos y activistas ambientalistas, los diputados hicieron un listado de los riesgos que traería la cría intensiva de pulpos. Entre las críticas, destacan el “cruel” e “innecesario” sufrimiento de estos animales inteligentes y que atenta contra el objetivo del Pacto Verde Europeo de transicionar hacia un sistema alimentario sostenible.
Over 30 MEPs sent a letter to Gov of the Canary Islands @PresiCan expressing concerns over the plans to open the world's 1st octopus farm in Spain.
— Francisco Guerreiro 🇵🇹 🇪🇺 (@FGuerreiroMEP) May 3, 2023
Science has alerted that industrial octopus farming is a recipe for disaster & potential associated hazards have been mapped out🐙 pic.twitter.com/7bPFWcWbmd
La multinacional española Nueva Pescanova había anunciado a finales de 2021 que abriría la primera granja para la cría y cultivo de pulpos del mundo y que estaría lista para el verano de 2023. Según el responsable de Acuicultura del Grupo Nueva Pescanova, Roberto Romero, ya pasaron más de 30 años desde que se iniciaron los estudios científicos permitieron “hacer un proyecto viable de cultivo a gran escala de pulpo, un producto muy demandado por los españoles y los europeos”.
Sin embargo, para los activistas se trata de una “macrogranja” porque quiere llegar a producir hasta 500 toneladas de pulpo al año, es incompatible con los objetivos de sostenibilidad del continente, y perjudicial para toda la costa y la diversidad marina.