Hay agua en la luna: desde 1994, con el satélite Clementine de la NASA, la comunidad científica sabe de esto. Sin embargo, una nueva expedición de origen chino descubrió la curiosa forma en la que está escondida el agua.
El rover Chang’e 5 de China recolectó muestras de la luna en diciembre del 2020. Según un estudio reciente publicado en Nature Geoscience, el agua encontrada en el satélite está en pequeñas esferas o perlas de vidrio en el suelo lunar.
¿Cómo se formaron las pequeñas perlas de vidrio?
Las pequeñas perlas de vidrio se producen al impactar fragmentos de roca espacial en la superficie de un objeto. Esto hace que, en primer lugar, se evaporen los minerales y, en segundo lugar, se enfríen en partículas vítreas de tamaño microscópico.
Estas pequeñas esferas de vidrio conservan las firmas de hidratación y muestran perfiles de abundancia de agua consistentes con la difusión hacia el interior del agua derivada del viento solar. Los investigadores calculan que cada perla de vidrio es capaz de contener hasta 2000 microgramos (0,002 gramos) de agua por cada gramo de masa de la partícula.
El modelo de difusión estima escalas de tiempo de menos de 15 años a una temperatura de 86 °C. Estos períodos de tiempo cortos sugieren un mecanismo eficiente de recarga de agua que podría sostener el ciclo del agua en la superficie lunar.
El agua de la luna en cifras
Los datos de las investigaciones y expediciones son impresionantes: se estima que hay casi 300 000 millones de toneladas de agua en la luna y de una antigüedad de 2000 millones de años. Las últimas muestras chinas son de mil millones de años anteriores que las recolectadas por el programa Apolo de Estados Unidos.
Las primeras evidencias de agua en la luna son de larga data. Tanto el satélite Clementine de la NASA lanzado en 1944, como la sonda Lunar Prospector lanzada en 1998 encontraron hielo de agua en la superficie lunar.