La Ley 26.331 de Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental de los Bosques Nativos en Argentina, más conocida como la “Ley de Bosques” fue sancionada en 2007 y es aclamada por expertos por estar a la vanguardia de la conservación y el uso sostenible de los bienes comunes. Sin embargo, hasta ahora nunca se cumplió en su totalidad. Para proteger los bosques, la norma los clasifica por su nivel de conservación, establece límites al desmonte y tiene en cuenta los intereses de las comunidades originarias. O eso debería hacer. En sus primeros años de implementación, logró una disminución progresiva en la tasa anual de deforestación, pero solo hasta 2029, ya que luego volvió a incrementarse, principalmente por los incendios forestales.
Son muchos los factores que arrasan con los bosques nativos. La deforestación ilegal es provocada para avanzar con el cambio de uso del suelo para actividades agropecuarias (especialmente soja y ganadería), urbanísticas, forestales y viales. Además, tanto las áreas desmontadas por fuera de la ley como las que fueron quemadas, no están siendo restauradas como indica la ley. Tampoco hay un registro nacional de infractores y eso dificulta la sanción de los responsables. La 26.331 es de “presupuestos mínimos” porque indica el monto mínimo que debe dedicarle el Estado para controlar, monitorear, vigilar y estimular el uso sostenible y la restauración. No obstante, nunca se cumplió.
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El Presupuesto 2024 (Proyecto de Ley de Presupuesto General de la Administración Nacional para el Ejercicio Fiscal del Año 2024), presentado por el Poder Ejecutivo para su tratamiento en el Congreso, estipula apenas el 7,37% de lo que debiera destinarse para la protección de los bosques. Si bien el monto en pesos aumentó, el porcentaje disminuyó en comparación al presupuesto anterior. “Según el ordenamiento territorial de bosques nativos, Argentina cuenta con más de 50 millones de hectáreas de bosques en toda su extensión, que no pueden cuidarse con un presupuesto de 15.004 millones de pesos al año. En definitiva, estamos pensando que 300 pesos alcanzan para cuidar una hectárea de bosque un año completo, un aproximado de 25 pesos por mes por hectárea. Lo que venimos pidiendo año tras año es que se cumpla la Ley de manera correcta. Sin el adecuado estímulo financiero, las provincias se ven imposibilitadas de fortalecer su capacidad de fiscalización, control y vigilancia. Por otro lado, los propietarios de áreas con bosques nativos no reciben estímulos para desarrollar el uso sustentable o compensaciones por las áreas que deben destinarse exclusivamente a la conservación”, enfatizó el director de Vida Silvestre, Manuel Jaramillo.
En su artículo 31, la Ley de Bosques determina que el Fondo Nacional para el Enriquecimiento y la Conservación de los Bosques Nativos estará integrado por las partidas presupuestarias que no podrán ser inferiores al 0,3% del presupuesto nacional. Ese 0,3% para 2024 debiera ser de 203 532 806 865 pesos (doscientos tres mil quinientos treinta y dos millones ochocientos seis mil ochocientos sesenta y cinco), una cifra bastante lejana de los 15.004 millones que se proponen. “El Fondo también debería recibir el 2% del total de las retenciones a las exportaciones de productos primarios y secundarios provenientes de la agricultura, ganadería y sector forestal, correspondientes al año anterior del ejercicio en consideración”, explicó Vida Silvestre.
Ley de Bosques: las categorías que deben cumplirse
La Ley de Bosques cuenta con tres categorías que señalan el grado de conservación que debe tener cada bosque. Estas son:
- Categoría I (rojo): sectores de muy alto valor de conservación que no deben transformarse. Son los que deben permanecer como bosques para siempre.
- Categoría II (amarillo): sectores de mediano valor de conservación. Se trata de zonas que pueden estar degradadas, pero que con adecuadas actividades de restauración pueden tener un valor alto de conservación y ser usados para: aprovechamiento sostenible, turismo, recolección e investigación científica.
- Categoría III (verde): sectores de bajo valor de conservación que pueden transformarse parcialmente o en su totalidad.
Un parte fundamental de esta Ley es que establece que las provincias deberán realizar el ordenamiento territorial de sus bosques nativos (OTBN) a lo largo del tiempo, es decir, este no es una de vez y para siempre, si no que siempre tiene que reactualizarse. Algo que lamentablemente no ocurre.