La boxeadora campeona olímpica Imane Khelif demandó a la red social X y a personajes reconocidos como la escritora inglesa JK Rowling o el empresario sudafricano eco por “acoso virtual” luego de los comentarios discriminatorios recibidos durante su participación en los Juegos Olímpicos que pusieron en duda su género y su sexualidad.
La deportista argelina fue objeto de una disputa mundial en redes sociales donde se puso en duda su género y se sostuvo que era una persona trans, por lo que inició acciones legales por haber sido víctima de un discurso “misógino, racista y sexista”.
Cuando se conoció el caso durante los Juegos Olímpicos de París, miles de usuarios y reconocidas celebridades se expresaron sobre la sexualidad de Khelif.
JK Rowling publicó una foto de la pelea de la boxeadora con la italiana Angela Carini y escribió: “La sonrisa de un hombre que sabe que está protegido por un establecimiento deportivo misógino disfrutando de la angustia de una mujer a la que acaba de golpear en la cabeza, y cuya ambición de vida acaba de destrozarse”.
“No digo que Khelif sea trans. Mi objeción, y la de muchos otros, es que la violencia masculina contra las mujeres se convierta en un deporte olímpico”, sostuvo la escritora de Harry Potter.
Por su parte, Musk, dueño de la red social X, compartió una publicación del nadador estadounidense Riley Gaines que decía que “los hombres no pertenecen a los deportes femeninos” y agregó “absolutamente”, en alusión al caso de la boxeadora.
El episodio con Khelif se vio inundado de comentarios hacia la deportista y se intensificaron por el alto perfil de las personas que opinaron sobre ella.
“Fue un claro caso de acoso y hostigamiento, detrás de esta violencia hay un discurso de odio misógino que se traduce en una violencia de género en el entorno digital”, explicó a EcoNews Milagros Schroder, coordinadora de Educación de Faro Digital, una organización dedicada al análisis de la ciudadanía en los territorios digitales.
“Es un discurso de odio porque se atacan algunos de los factores identitarios de una persona y lo que se busca es excluirla, humillarla y discriminarla”, aclaró la especialista y sostuvo que en el entorno digital “las violencias tienen un eco para reproducirse a mayor escala y con más impunidad”.
Schroder llamó a “no naturalizar estos episodios” y afirmó que el marco legal europeo tiene desarrollo para intervenir en este tipo de causas pero en general “es muy arduo porque la Justicia es muy lenta para estos casos de violencia de género digital”.
Laura Jurkowski, psicóloga especialista en redes sociales y directora de Reconectarse, advirtió en diálogo con EcoNews que “la gente mediante las redes toma atribuciones de poder opinar la vida del otro de manera agresiva y violenta sin darse cuenta de las implicancias que puede tener en las personas”.
“Las consecuencias son múltiples como ansiedad, depresión o irritabilidad. Al no tener al otro frente a frente se pierde la capacidad en la empatía, no registras lo que le pasa al otro”, aclaró y agregó que en el ámbito digital “hay un efecto de contagio, de viralización, cuando alguien empieza los demás se suman”.
La profesional alertó que los delitos cometidos en el ámbito virtual tienen consecuencias jurídicas. “Existe en nuestro sistema judicial la posibilidad de hacer una demanda y sufrir una condena por esto. Hay tiempo de cárcel, multas o una perimetral por denuncias de acoso virtual”, aseveró.
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