La gripe aviar H5N1, que había dado un salto significativo hacia la Antártida en 2023, ya ha sido detectada en todas las especies animales del continente blanco, según una expedición reciente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Unión Española de Aseguradoras y Reaseguradoras (UNESPA). La presencia del virus ha causado una alta mortalidad en colonias de pingüinos Adelia y amenaza con generar efectos devastadores en la fauna silvestre.
Los resultados preliminares del estudio dirigido por Antonio Alcamí, profesor de investigación del CSIC, confirmaron la propagación del virus en una gran variedad de especies. “Los resultados iniciales de la expedición nos han permitido identificar la presencia del virus en una amplia variedad de especies“, indicó Alcamí. La situación preocupa a los científicos debido al impacto ecológico que podría tener en un ecosistema previamente aislado de este tipo de enfermedades.
La emergencia de una variante del H5N1 en 2020 ha generado una panzootia, una epidemia que afecta a diversas especies animales en amplias zonas geográficas. De acuerdo con el Sistema Mundial de Información sobre Sanidad Animal (WAHIS), la enfermedad ha impactado a más de 400 especies de aves y 51 especies de mamíferos silvestres. El avance del virus en la Antártida comenzó a finales de 2023, cuando se reportaron casos sospechosos en la estación Orcadas, en la isla Laurie.
La gripe aviar avanza en humanos en Estados Unidos
El H5N1 también está expandiéndose de manera silenciosa en Estados Unidos. Un informe reciente de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) identificó tres casos en veterinarios que trabajaban con ganado vacuno, ninguno de los cuales presentó síntomas. Dos de estos casos no tienen una fuente clara de exposición, lo que indica que podría haber infecciones no detectadas en la población.
El virus ha sido detectado en ganado lechero, y su transmisión a través de la leche cruda ha llevado a las autoridades a implementar un programa nacional de análisis de productos lácteos. Investigaciones adicionales han demostrado que entre un 7 % y un 14 % de los trabajadores de granjas lecheras presentan evidencia de infecciones recientes o pasadas.
En Nevada, las autoridades sanitarias han identificado una nueva cepa de H5N1, denominada D1.1, que podría estar mejor adaptada para su replicación en células de mamíferos. Este hallazgo coincidió con el primer caso humano en el estado y con la hospitalización de una anciana en Wyoming que probablemente contrajo el virus de sus aves de corral. La comunidad científica advierte sobre la posibilidad de que el virus mute y facilite su transmisión entre humanos.
Paraguay enciende sus alertas y señala a Chaco
Paraguay también ha emitido una alerta sanitaria tras la detección de un brote en aves de traspatio en Maipú, en la provincia argentina de Chaco. El Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (Senacsa) ha pedido a los productores y ciudadanos reportar cualquier avistamiento de aves enfermas o muertas. Además, junto con el Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (Mades), ha iniciado una vigilancia epidemiológica en la frontera con Argentina para evitar la propagación del virus.
Las medidas de contención en Argentina incluyen la eliminación de aves infectadas y la aplicación de desinfectantes en las áreas afectadas. Senacsa aclaró que la presencia del virus en aves de traspatio no afecta el estatus sanitario del país ni sus actividades comerciales, aunque su evolución podría influir en el comercio agropecuario de la región.
Los expertos recomiendan evitar el contacto con animales infectados, no consumir productos lácteos crudos y utilizar equipo de protección en granjas y mataderos. Según la epidemóloga Jodie Guest, la clave para evitar una mayor propagación del virus es rastrear los casos con rapidez y mejorar la vigilancia epidemiológica.
Mientras la gripe aviar sigue expandiéndose a nuevas regiones y especies, la comunidad científica alerta sobre la necesidad de un monitoreo constante y medidas de prevención. La reducción en la vigilancia epidemiológica en EE. UU. y las dificultades en el intercambio de información generan preocupación sobre la capacidad de respuesta ante futuras mutaciones del virus.
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