Un estudio reciente publicado en la revista Nature reveló que las tortugas bobas (Caretta caretta) poseen la habilidad de memorizar campos magnéticos asociados con fuentes de alimento, lo que les permite regresar a lugares clave para su supervivencia. Esta investigación, liderada por la bióloga marina Kayla Goforth, de la Universidad Texas A&M, marca un hito en el estudio de la navegación de estos reptiles marinos.
Las tortugas marinas han sido objeto de estudio por su impresionante capacidad migratoria, que les permite recorrer miles de kilómetros a través del océano sin perderse. Hasta ahora, los científicos sabían que utilizan un “mapa magnético” para orientarse, pero esta es la primera evidencia de que también pueden recordar campos magnéticos específicos y asociarlos con la presencia de alimento.
El experimento consistió en criar en cautiverio a un grupo de crías de tortuga boba recolectadas en playas de Carolina del Norte. Durante un período de dos meses, las tortugas fueron expuestas a dos campos magnéticos distintos: uno asociado con una fuente de alimento y otro sin recompensa. Cuando posteriormente se las volvió a exponer a estos campos, incluso sin comida presente, las tortugas respondieron realizando una serie de movimientos excitados, denominados “danza de la tortuga”.
Estos movimientos incluían levantar la cabeza, abrir la boca, agitar las aletas y girar sobre su propio eje, lo que, según los investigadores, indicaba una clara expectativa de recibir alimento. En pruebas posteriores, realizadas cuatro meses después del experimento inicial, el 80% de las tortugas continuaban mostrando la misma reacción al campo magnético asociado con comida, lo que sugiere una memoria a largo plazo.
Además del descubrimiento de esta memoria magnética, el estudio demostró que las tortugas utilizan dos sistemas de orientación magnética independientes: un mapa magnético que les permite reconocer ubicaciones y una brújula magnética que las orienta en la dirección correcta. Sin embargo, cuando fueron expuestas a ondas de radiofrecuencia, similares a las emitidas por celulares y radios, su brújula se vio alterada, aunque su memoria espacial no se vio afectada.
Este hallazgo tiene implicaciones significativas para la conservación de las tortugas marinas, ya que sugiere que la contaminación electromagnética en zonas costeras y de alimentación podría dificultar su capacidad de migración y orientación. Reducir la emisión de estas ondas en hábitats clave podría ayudar a proteger a estas especies en peligro.
El descubrimiento también podría arrojar luz sobre los mecanismos de navegación en otros animales migratorios, como aves y peces. “Comprender cómo los animales pueden navegar usando campos magnéticos podría inspirar el desarrollo de nuevas tecnologías de navegación basadas en magnetismo, en lugar de depender de satélites”, explicó Goforth.
Finalmente, este estudio reafirma la importancia de proteger los ecosistemas marinos para asegurar la supervivencia de especies migratorias que dependen de rutas bien establecidas. Con cada nuevo hallazgo, los científicos continúan desentrañando los misterios de los mares y el extraordinario comportamiento de sus habitantes más antiguos.
Fuentes:
- CNN (2025). “Sea turtles ‘dance’ when their superpower leads them to food”. Disponible en: edition.cnn.com
- Scientific American (2025). “Sea Turtle Dance Reveals a Hidden Magnetic Ability”. Disponible en: scientificamerican.com
- USA Today (2025). “Dancing turtles help reveal a mystery of the sea”. Disponible en: usatoday.com