Este fin de semana, el Servicio Meteorológico Nacional de EE. UU. ha emitido un aviso de “riesgo de calor moderado” para ciudades como Miami y Los Ángeles, donde los termómetros podrían superar los 30 °C. Las altas temperaturas no solo afectarán a la población en general, especialmente a quienes trabajan o realizan actividades al aire libre, sino que también pondrán a prueba a los equipos y aficionados que participan en la Copa Mundial de Clubes de la FIFA, que arranca con partidos clave como el Inter Miami de Lionel Messi contra el Al Ahly de Egipto y el Paris Saint-Germain frente al Atlético de Madrid.
El cambio climático entra en la cancha
El fútbol no es ajeno a los efectos del calentamiento global. En las últimas décadas, las temperaturas en EE. UU. han aumentado de manera notable, y eventos extremos, como olas de calor, se han vuelto más frecuentes. Esto plantea un desafío logístico y de seguridad para torneos internacionales, donde jugadores y espectadores pueden verse expuestos a condiciones peligrosas.
Aunque la FIFA ha implementado protocolos como pausas para hidratación y descansos de enfriamiento, críticos argumentan que estas medidas son insuficientes. “El calor no solo afecta el rendimiento, sino también la salud de los deportistas”, señala un informe reciente de Fifpro, el sindicato mundial de futbolistas. La organización exige evaluaciones más rigurosas y acciones preventivas, especialmente en partidos que se juegan bajo el sol abrasador.
Hasta ahora, ni la FIFA ni los organizadores del torneo han anunciado cambios significativos en el calendario o en las condiciones de juego, a pesar de las advertencias meteorológicas. Sin embargo, se espera que se active un monitoreo constante de las condiciones climáticas durante los encuentros, con la posibilidad de introducir modificaciones de último momento si las temperaturas alcanzan niveles críticos.
Expertos en medicina deportiva advierten que el estrés térmico puede provocar deshidratación, calambres e incluso golpes de calor, tanto en jugadores como en aficionados.
El futuro del fútbol en un mundo más caliente
La discusión sobre el impacto del cambio climático en el deporte no es nueva, pero se ha intensificado con torneos como la próxima Copa Mundial de 2026, que se disputará en ciudades de EE. UU., México y Canadá, donde el calor extremo podría ser un factor determinante.
Algunas soluciones propuestas incluyen:
- Ajustar los horarios: Evitar partidos en las horas de mayor radiación solar.
- Tecnología en las canchas: Sistemas de enfriamiento en estadios y vestuarios.
- Protocolos más estrictos: Suspensión de juegos si las condiciones son peligrosas.
Mientras tanto, los aficionados que asistan a los partidos este fin de semana en Miami deberán tomar precauciones: hidratación constante, uso de bloqueador solar y evitar la exposición prolongada al sol.
*Fuente: The Guardian