“Si él no lo cierra, yo no lo voy a continuar en el próximo semestre”, dijo el presidente de Paraguay, Santiago Peña, sobre el Tratado del Mercosur con la Unión Europea de libre comercio que se viene negociando desde hace 20 años.
Hasta el 6 de diciembre, el presidente de Brasil, Lula da Silva, es quien ocupa la presidencia del bloque comercial Mercosur, que representa el mercado interno sudamericano. Sin embargo, este cargo, rota cada seis meses ―entre los cuatro miembros plenos activos que son Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay― y Peña será la próxima autoridad.
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Este ultimátum por parte de Paraguay viene a colación de las diferencias entre ambos bloques para cerrar el acuerdo. Específicamente, el tema ambiental es un punto de inflexión: la UE limitó la importación de productos que no garantizan ser libres de deforestación. Ante esta medida, tanto la Argentina, como otros 16 países le enviaron una carta mostrando su descontento y pidiendo “mayor flexibilidad”. “Podría incluso producir otros efectos adversos, como el aumento de la pobreza”, aseguraron. “Está excesivamente centrada en lo ambiental”, había sostenido el presidente Alberto Fernández en junio de este año.
Por este motivo, Peña dijo que, si para el 6 de diciembre no se llega a ningún acuerdo, él no lo continuará y se centrará en tratados “menos engorrosos” con otros países, como Singapur y los Emiratos Árabes Unidos (EAU).
Por su parte, la Comisión de la UE en Bruselas no quiso hacer comentarios sobre estos dichos. “Seguimos trabajando sobre la base del compromiso asumido a nivel presidencial de concluir las negociaciones antes de fin de año”, dijo a DW Olof Gill, portavoz de Comercio y Agricultura de la Comisión Europea.