El primer ministro británico, Rishi Sunak, evalúa tomar medidas que prohibirían a la próxima generación poder comprar cigarrillos. En el Reino Unido están estudiando leyes antitabaco parecidas a las que Nueva Zelanda anunció el año pasado, entre las que se incluyó la prohibición de vender cigarrillos a cualquier persona que haya nacido a partir del 1 de enero de 2009.
Las políticas que se están considerando forman parte de una nueva campaña del equipo de Sunak antes de las elecciones previstas para el 2023, según informó el diario The Guardian, citando fuentes gubernamentales. En mayo, Gran Bretaña anunció que cerraría un “vacío jurídico” que permitía a los minoristas dar muestras gratuitas de vaporizadores a los niños, en una campaña contra los cigarrillos electrónicos.
“Queremos alentar a más personas a dejar de fumar y cumplir nuestra ambición de ser libres de humo para 2030, razón por la cual ya hemos tomado medidas para reducir las tasas de tabaquismo”, dijo a Reuters un portavoz del Gobierno británico. Esas medidas incluyen kits de vapeo (inhalar el vapor creado por un cigarrillo electrónico u otro dispositivo) gratuitos, incentivos a las mujeres embarazadas a dejar de fumar y consultas sobre los prospectos obligatorios de los paquetes de cigarrillos.
Por otra parte, en julio los ayuntamientos de Inglaterra y Gales pidieron al gobierno que prohibiera la venta de vaporizadores de un solo uso para el 2024 por motivos ambientales y de salud.
Las colillas de cigarrillo y su impacto ambiental
“Una colilla puede contaminar hasta 1000 litros de agua”, destaca el informe Integral de Colillas de Cigarrillo de Eco House Global (EHG). Estas son el residuo más abundante de la vía pública en el planeta: se estima que los fumadores desechan entre 4.5 y 5.6 billones de colillas al año en el mundo, lo que equivale, aproximadamente, a unos 18.000 millones de estos residuos por día.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el tabaco mata “hasta a la mitad de las personas que lo consumen”. Cada año, “más de 8 millones de personas fallecen a causa del tabaco”, y más de 7 millones de estas defunciones “se deben al consumo directo” de tabaco. Además, alrededor de “1,2 millones (de fallecimientos) son consecuencia de la exposición de no fumadores al humo ajeno”.