Organizaciones líderes en el diálogo entre espiritualidad y sostenibilidad presentaron el informe “Telling the Faith and Climate Story – Strategies for Media Engagement” (Contar la historia de la fe y el clima: estrategias para la participación de los medios de comunicación), un estudio que explora cómo la religión puede convertirse en una de las fuerzas más poderosas para la acción climática global.
El informe destaca que el 87% de la población mundial se identificará con alguna religión para 2050, lo que convierte a las comunidades de fe en actores estratégicos para impulsar transformaciones culturales y políticas.
Entre sus hallazgos principales, el estudio confirma que los valores religiosos —administración de la creación, justicia social y responsabilidad moral— son un motor coherente de la acción climática y atraviesan todas las tradiciones de fe.
“A nivel mundial, la afiliación religiosa es fuerte y está en aumento, y se prevé que pase del 84% en 2010 al 87 % en 2050, con un crecimiento especialmente fuerte en Oriente Medio y el norte de África, África subsahariana y las regiones de Asia-Pacífico. Todas las religiones tienen enseñanzas que fomentan enérgicamente la reverencia y el respeto por la naturaleza y la gestión del medio ambiente: por ejemplo, las enseñanzas cristianas sobre el cuidado de la creación, el principio islámico de khalifah (tutela), el reconocimiento hindú de la divinidad en diversos aspectos del mundo natural y las creencias budistas sobre la interconexión entre los seres humanos y la naturaleza”, sostiene el informe.
En línea con las estadísticas, en la última década, se ha observado que las comunidades religiosas de todo el mundo han reconocido cada vez más la urgencia de la crisis climática. Han pasado de expresar una preocupación general a formular llamamientos concretos a la acción. Se destaca que declaraciones históricas, como Laudato Si’ del papa Francisco, han enmarcado el cuidado del medio ambiente como un deber moral y espiritual, y que otras tradiciones también han hecho importantes aportes. La Declaración Islámica sobre el Cambio Climático y Al-Mizan exhortan a los musulmanes a proteger la Tierra como guardianes de la creación, mientras que la declaración budista El momento de actuar es ahora llama a abandonar el uso de combustibles fósiles.
El documento también observa que la cobertura mediática sobre fe y clima se intensifica en torno a las grandes cumbres de la ONU (como las COP), abriendo oportunidades para contar historias con enfoque espiritual que conecten con audiencias más amplias.
Además del informe, se lanzó una guía de comunicación multilingüe que ofrece a líderes religiosos herramientas para elaborar mensajes teológicamente sólidos y relevantes para el debate público, fortaleciendo su voz en la conversación global sobre justicia climática.
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