La sostenibilidad de nuestra alimentación no tiene por qué no ser saludable. Por el contrario, una dieta saludable es 99% coincidente con una dieta sostenible. Así lo asegura Aitor Sánchez García, nutricionista y autor del libro “Tu dieta puede salvar al planeta”. ¿Cómo podemos comer de manera más sostenible y hacerle menos daño al planeta sin dejar de lado nuestra salud?
“La alimentación por sí sola representa el 26% de las emisiones, estamos hablando de más de un cuarto de toda la actividad humana. Dependiendo de qué tipo de alimentación llevemos puede ser más o menos impactante”, explicó el nutricionista en diálogo con Albacete Capital.
El impacto ambiental de la producción de alimentos parte de distintas fuentes: los fertilizantes y pesticidas en los cultivos, el uso de agua dulce, las emisiones derivadas del transporte de alimentos, el bienestar de los animales por los productos de origen animal. “Son alimentos que estamos produciendo de una manera muy poco sostenible”, manifestó Sánchez García.
Las 4 claves para una alimentación sostenible
En EcoNews te contamos las 4 claves para una alimentación sostenible según Aitor Sánchez García.
1. La fuente de proteína.
La elección de la fuente proteica marca una gran diferencia en su impacto ambiental. Es muy distinto comer carne, pescado, huevo o legumbres. Las proteínas de origen animal son las de mayor impacto a nivel ambiental.
2. Productos locales y de temporada.
Al consumir productos locales y de temporada uno evita que haya grandes cantidades de emisiones de carbono por los transportes que deben traer los alimentos. La materia prima fresca es saludable y respetuosa con el ambiente.
3. El desperdicio alimentario.
Otra medida fundamental para que nuestra alimentación sea responsable con el ambiente es reducir el desperdicio alimentario. Según Sánchez García, el desperdicio de alimentos es casi un tercio de toda la producción total de alimentos. “Esto supone por sí solo un 6 o 7% de todas las emisiones totales”, aseguró.
4. Gestión responsable de los envases.
Si bien las emisiones relacionadas con la producción de alimentos es mayor que la generada por los envases, el peligro que representan parte de la contaminación que generan en los ecosistemas y que también amenaza a las especies.
“La salud y la sostenibilidad comparten los mismos mensajes. Más materias primas frescas, productos locales y de temporada, más frescos en general, más proteína vegetal, menos alimentos azucarados, menos envasados y alimentos procesados. Todo esto confluye con una alimentación sostenible”, aseguró Sánchez García.