Un potente terremoto de magnitud 8,8 golpeó la costa oriental de Rusia, frente a la península de Kamchatka, marcando el evento más fuerte en la región desde 1952. El epicentro estuvo ubicado a unos 125 km al este de Petropavlovsk-Kamchatsky, a una profundidad aproximada de 19 km, según registros del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS).
Efectos en Rusia: olas de hasta cinco metros y evacuaciones
En las Islas Kuriles, especialmente en Severo‑Kurilsk, las olas de tsunami llegaron a alcanzar entre 3 y 5 metros, inundando puertos, flotando embarcaciones y provocando desbordes en zonas de baja elevación. A pesar de la magnitud del evento, no se han reportado víctimas mortales hasta el momento, y solo se registraron heridos leves en la zona afectada.
Las autoridades declararon el estado de emergencia local y confirmaron que los sistemas de alerta funcionaron eficazmente, lo que permitió evacuar a tiempo a una parte importante de la población.
Alfombra roja para el Pacífico: alerta en numerosos países
El impacto del sismo no quedó confinado a Rusia. Se emitieron alertas de tsunami en varios países del Pacífico: Japón, EE. UU. (Hawái, Alaska y la costa oeste), Canadá, Taiwán, Filipinas, Indonesia, Perú, Chile, Ecuador, Nueva Zelanda y México, además de Ecuador activando medidas preventivas en las Islas Galápagos.
En Japón fueron ordenadas evacuaciones para más de 1,9 millones de personas en más de 200 municipios, especialmente en Hokkaido y la región pacífica de Honshu. Las olas registradas tuvieron entre 60 cm y 1,3 metros, aunque se advirtió del riesgo de llegar hasta 3 metros, lo que motivó restricciones de transporte y precauciones en centrales nucleares como Fukushima Daiichi.
🚨ATENÇÃO: Na cidade de Tateyama, província de Chiba no Japão, uma baleia foi encontrada se virando, embora não esteja claro se isso ocorreu devido ao tsunami ou algum outro motivo pic.twitter.com/ZVFTiAqYlJ
— Astronomiaum (@astronomiaum) July 30, 2025
En Hawái, las sirenas se activaron y se evacuaron sectores costeros ante olas estimadas de hasta 1,8 a 1,2 metros. También fueron cerradas temporalmente puertos y aeropuertos, y el gobernador declaró estado de emergencia. En California, Oregon, Washington y Alaska se emitieron advertencias: en Crescent City se activaron sirenas mientras pequeños oleajes comenzaban a detectarse en mareógrafos a lo largo de la costa oeste de EE. UU.
Gracias a la eficacia de los protocolos de emergencia—desarrollados tras desastres como el terremoto de 2011 en Japón—no se han registrado víctimas mortales. Los sistemas de alerta permitieron evacuar zonas costeras a tiempo y distribuir refugios, minimizando el impacto humano pese a la fuerza del sismo.
Este terremoto, uno de los cuatro más potentes registrados en lo que va del siglo XXI y el más fuerte en el extremo oriental de Rusia desde mediados del siglo pasado, recuerda la vulnerabilidad inherente de las zonas ribereñas del “Anillo de Fuego” del Pacífico.