Este domingo, la boxeadora taiwanesa Lin Yu-ting, otra de las mujeres boxeadoras bajo la polémica de género junto a la argelina Imane Khelif, avanzó a semifinales de los Juegos Olímpicos de París 2024 al vencer a la búlgara Svetelana Kamenova Staneva.
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Tanto Khelif como Yu-ting fallaron una prueba de género en 2023 debido a sus elevados niveles de testosterona, y las respectivas victorias de ambas las colocaron en el centro de la polémica por la participación olímpica de las deportistas hiperandróginas.
Tanto hombres como mujeres producen la hormona sexual de la testosterona. Sin embargo, los primeros producen alrededor de 20 veces más que las mujeres, principalmente en los testículos. Las mujeres la producen en los ovarios y en las glándulas suprarrenales.
Un nivel normal de testosterona en los hombres se estima entre 10 y 35 nanomoles por litro de sangre, según el hospital estadounidense Monte Sinai. En las mujeres, oscila entre 0,5 y 2,4 por litro. La testosterona puede variar según la edad y la época del año.
Cuando las personas producen un exceso de hormonas de manera natural, en este caso como ocurre con la testosterona, se habla de hiperandrogenismo.
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Los casos de Lin Yu-ting e Imane Khelif sacudieron los Juegos ya que se habló de “mujeres trans” y de género no binario. Pero justamente son casos excepcionales en competencias de alto nivel, que han exigido encontrar reglas específicas basadas en la ciencia, la equidad y los derechos. Por un lado, Khelif ha recibido un gran apoyo de las autoridades de su país y dijo que seguía “centrada en el objetivo de una medalla olímpica“.
Pero la polémica viene ya desde hace un tiempo. La atleta sudafricana Caster Semenya, doble campeona olímpica de 800 metros, apeló al Tribunal Europeo de Derechos Humanos al ser privada de competir durante varios años porque rechazó medicarse para reducir sus niveles de testosterona.
Khelif y Yu Ting Lin son los casos de atletas hiperandrógenas que más han repercutido en estos Juegos. Tres años atrás, ambas participaron en la cita olímpica de Tokio pero en 2023 fueron descalificadas del Mundial por no superar pruebas de elegibilidad de género, una decisión tomada por la Federación Internacional de Boxeo (IBA).
El COI, que asumió la organización del boxeo olímpico por falta de transparencia en la IBA, aseguró que todas las boxeadoras “cumplen las reglas de elegibilidad de la competición”.
“La prueba de la testosterona no es una prueba perfecta. Muchas mujeres pueden tener niveles de testosterona iguales o parecidos a los de los hombres, sin dejar de ser mujeres”, dijo el portavoz del COI, Mark Adam.
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