El calentamiento global está provocando consecuencias cada vez más severas para la vida en la Tierra. Tal es así que, para fin de siglo, se espera que el 35% de la superficie terrestre experimente temperaturas insoportables para el ser humano.
El aumento de las temperaturas: un peligro subestimado
Inicialmente, el calentamiento global se asociaba principalmente con el aumento de las temperaturas y, en menor medida, con la amenaza a especies icónicas como los osos polares. Sin embargo, con el tiempo, hemos comprendido que sus efectos son mucho más amplios, incluyendo fenómenos meteorológicos extremos y complejos desafíos geopolíticos.
A pesar de esto, hemos perdido de vista que el aumento de las temperaturas en sí mismo representa un peligro significativo. Desde el inicio del siglo XXI, se han atribuido 260.000 muertes al calor extremo, con un promedio de más de 10.000 anuales. De estas, 200.000 ocurrieron en solo tres eventos: dos en Europa (72.000 muertes en 2003 y 62.000 en 2022).
El calor representa un grave peligro, especialmente para los adultos mayores de 60 años, cuyo organismo es más susceptible a los efectos negativos de las altas temperaturas. Un reciente estudio realizado por diversas universidades estadounidenses reveló que, para finales de este siglo, un tercio de la superficie terrestre será inhabitable para este grupo etario durante los eventos de calor extremo.
Para ponerlo en perspectiva, esta área equivale al tamaño de Estados Unidos. Actualmente, el 20% de la superficie terrestre ya es inhabitable bajo tales condiciones, pero este porcentaje aumentará drásticamente. Aunque los mayores de 60 años no son la mayoría de la población, quienes superen esa edad a finales de siglo serán todos los nacidos antes de 2040. En otras palabras, aquellos que logren superar otras adversidades de la vida enfrentarán un riesgo creciente de morir por calor en las próximas décadas.
Estudios científicos y proyecciones alarmantes
Un estudio publicado en Nature Reviews Earth and Environment por un grupo internacional de científicos advierte que, si el calentamiento global alcanza los 2 °C por encima de los niveles preindustriales, las zonas inhabitables se triplicarán. Esto significa que hasta el 6% de la masa terrestre será demasiado caliente incluso para personas jóvenes y saludables (de 18 a 60 años), un área comparable al tamaño de Estados Unidos.
Además, el 35% de la superficie terrestre será insegura para los mayores de 60 años durante eventos de calor extremo. El año pasado fue el primero en registrar una temperatura media global superior a 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales, y al ritmo actual, los 2 °C podrían alcanzarse a mediados o finales de este siglo.
El autor principal del estudio y profesor de Geografía Ambiental en el King’s College de Londres, Dr. Tom Matthews, señala que estos hallazgos revelan “consecuencias potencialmente mortales si el calentamiento global alcanza los 2 °C”. En ese caso, incluso actividades al aire libre prolongadas, con sombra, brisa y adecuada hidratación, podrían resultar letales.
Tolerancias térmicas humanas y regiones en riesgo
Durante el período comprendido entre 1994 y 2023, los límites de tolerancia térmica del cuerpo humano (combinación de temperatura y humedad que una persona puede soportar sin sufrir daños) fueron excedidos en aproximadamente el 2% de la superficie terrestre para adultos menores de 60 años. No obstante, para los adultos mayores de 60 años, este umbral crítico se sobrepasó en más del 20% de la superficie de nuestro planeta.
Las regiones más vulnerables incluyen el África subsahariana y el sur de Asia. Tal como indica Matthews, anticipar la magnitud de estos fenómenos es crucial para comprender los costes de no mitigar el cambio climático y para dirigir esfuerzos de adaptación hacia las comunidades más afectadas.
“Nuestro análisis muestra claramente que los efectos del calor extremo sobre la salud podrían ser devastadores”, afirma Matthews. Con un calentamiento de alrededor de 4 °C, el 40% de la superficie terrestre sería inhabitable para adultos, y solo las regiones más frías de latitudes altas y medias permanecerían seguras.
*Fuente: Ecoticias