El cambio climático impacta fuertemente en el mundo y cada vez más personas se interesan en el tema. Los científicos vienen alertando desde hace décadas, pero la ambición de dinero y poder de los grandes capitales, más la ingenuidad, distracción o impotencia de la gente hizo que siguiera avanzando. Soluciones hay y la naturaleza es el camino, sin embargo, algunos especialistas buscan otras más controversiales.
Las soluciones basadas en la naturaleza implican una baja de la rentabilidad para determinadas empresas y esa parece ser una de las causas que incentivan la búsqueda de alternativas para mitigar los efectos del cambio climático que permitan seguir con el dominio del capital concentrado. La nueva idea se trata de desviar los rayos del Sol para combatir el cambio climático, también conocida como geoingeniería solar o gestión de la radiación solar.
La propuesta busca reducir la cantidad de energía solar que llega a la Tierra, con el objetivo de mitigar el calentamiento global.
Una de las técnicas más analizadas se basa en el efecto Twomey que consiste en inyectar grandes cantidades de aerosoles minúsculos en la estratosfera. Estos aerosoles, al interactuar con las nubes, las harían más reflectantes y blancas, lo que aumentaría la cantidad de luz solar que rebota hacia el espacio, reduciendo así el caudal que llega a la superficie terrestre.
Ayer, se realizó en Estados Unidos la primera prueba al aire libre de esta tecnología llamada “Stratospheric Aerosol Injection for Climate Engineering” (SAI).
Cambio climático: la geoingeniería solar presenta graves riesgos
Aunque parezca una solución, esta alternativa no solo no sería eficaz sino que sería problemática. Los riesgos y desafíos de la geoingeniería solar son:
- Impactos imprevistos: es impredecible. No se sabe con certeza cómo afectaría la alteración de la composición de las nubes al clima, la lluvia, los ecosistemas y la salud humana.
- Desigualdad entre los países pobres y ricos: los más necesitados podrían ser los más perjudicados por los cambios climáticos inducidos.
- Falta de transparencia y acuerdo global: no hay marcos legales y éticos globales y claros para regular y supervisar cualquier implementación de la geoingeniería solar.
Aún se necesitan más estudios y debates para comprender mejor sus riesgos, beneficios y eficacia.