Los efectos del cambio climático han llegado a los lugares más recónditos de la Tierra. Uno de ellos es la Antártida, donde ha provocado el derretimiento de los glaciares y la pérdida de biodiversidad. Además de esas consecuencias devastadoras para la naturaleza, un estudio reciente plantea que la disminución de la capa de ozono en la Antártida, generada por el cambio climático, podría estar afectando gravemente la visión de los pingüinos y las focas.
El estudio titulado “Agotamiento prolongado de la capa de ozono y reducción de la capa de nieve y hielo: consecuencias para la biota antártica”, analizó los efectos de la disminución de la capa de ozono en el ecosistema antártico, principalmente en la fauna. El problema principal de estos efectos sería que la capa de ozono de la Antártida se está cerrando cada vez más tarde.
Aunque el estudio señala que aún se necesitan más investigaciones respecto a los efectos del cambio climático en la Antártida, los expertos hacen hincapié en el tiempo que le está llevando a la capa de ozono para cerrarse en el continente blanco.
En la Antártida, la capa de ozono generalmente se cierra a fines de noviembre o principios de diciembre. Sin embargo, en los últimos años, el agujero de ozono se ha mantenido hasta diciembre o incluso enero. Esto afecta de lleno a la flora y fauna antártica, que se exponen a niveles más altos de radiación UV durante un período de tiempo más largo.
Dentro de las posibles causas, el estudio científico señala que los incendios forestales de 2019-2020 en Australia, sumados a las erupciones volcánicas de La Soufrière y Hunga Tonga-Hunga Ha’apai de 2021 y 2022, pueden haber contribuido en el agrandamiento del agujero de ozono antártico.
Según el estudio comandado por Sharon A. Robinson y otros tres científicos, la disminución del hielo marino afecta de lleno a toda la cadena trófica. Menos hielo marino implica mayor radiación que ingresa a los océanos y mayor reflexión de radiaciones UV que perjudican a los animales. En este caso, se han visto efectos en toda la cadena: desde el plancton y el krill hasta los pingüinos y las focas.
En este caso, los científicos mencionan que las radiaciones UV que generan cáncer, cataratas y daños en la visión, podrían afectar del mismo modo a pingüinos y focas antárticos. Principalmente, quienes mayor riesgo corren son las crías más jóvenes de pingüino emperador y las crías de foca que nacen en invierno y a principios de la primavera.
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