Más de la mitad de la población mundial vive actualmente en ciudades, lo que las convierte en el principal escenario de los impactos del cambio climático. Las olas de calor intensificadas por el asfalto y las lluvias que superan la capacidad de los sistemas de desagüe exigen respuestas urgentes y sostenibles.
En el marco de la Asamblea General de Naciones Unidas, se debatió sobre el modelo de “ciudades esponja”, una estrategia de infraestructura verde que busca transformar los espacios urbanos en entornos capaces de absorber, retener y gestionar el agua de lluvia.
Uno de los ejemplos más destacados fue el de Montreal, que implementó 11 parques esponja con capacidad para retener el equivalente a cuatro piletas olímpicas de agua. Estas soluciones no solo previenen inundaciones, sino que también contribuyen a refrescar el entorno urbano y a mejorar la calidad de vida de la ciudadanía.
“Pudimos crear 11 parques esponja que es equivalente a 11 piscinas olímpicas. Las aseguradoras decían, olvídense todos los años se inundan así que no los podemos asegurar más”, contó Valerie Plante, Alcalde de Montreal, quien sumó: “Ya es el segundo año que no se inundan así que pueden ser aseguradas de nuevo”.
“Las ciudades son la primera línea de defensa frente a la crisis climática”, coincidieron los panelistas, subrayando que los gobiernos locales no pueden esperar a que lleguen soluciones globales, sino que deben innovar con herramientas adaptadas a su propio territorio.
Al mismo tiempo, se resaltó el potencial de estas iniciativas para convertirse en un modelo replicable a nivel global. “Lo que funciona en un barrio de Montreal puede inspirar a otras ciudades del mundo, desde América Latina hasta África, donde los desafíos son similares”, aportó la funcionaria.
La sesión fue organizada por el Departamento de Comunicación Global de la ONU, en colaboración con PVBLIC Foundation, como parte de los debates que buscan acelerar la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible hacia 2030.