El trigo transgénico —con el cuestionado agroquímico glufosinato de amonio— ya se encuentra en la mesa de los argentinos. Así lo anunció la empresa Bioceres-Indear: 25 molinos ya procesan el trigo transgénico HB4 con el trigo tradicional. Es la primera vez que llega a productos masivos. El consumidor no puede saber qué es lo que come ya que no existe una ley de etiquetado de alimentos modificados genéticamente en Argentina.
La empresa Bioceres organizó un encuentro a principios de este año y presentó los resultados de la producción del trigo transgénico HB4, tolerante a la grave sequía que azotó al país, según informó Página/12. Este tipo de trigo ya se produce junto con el trigo convencional. “Nosotros lo procesamos, lo mezclamos con cualquier harina o trigo”, explicó en el evento Agustín Forazni del Molino Esmeralda. El 60% de sus clientes son panaderías y un 5 a 10% fábricas de pastas y empanadas.
El trigo HB4 se modifica genéticamente para resistir el rocío de herbicidas con glufosinato de amonio. Este agrotóxico se utiliza para eliminar otras plantas y malezas que afectan el cultivo y no se degrada, por lo que luego es detectable en los alimentos. La toxicidad del glufosinato de amonio ha sido demostrada en numerosos estudios.
El Instituto de Salud Socioambiental de la Universidad de Rosario (InSSA-UNR) emitió un comunicado y expresó su preocupación por la llegada del trigo transgénico HB4 a las mesas de los argentinos. “Esta situación resulta un hecho de gravedad inusitada desde el punto de vista de la salud pública”, manifestaron.
El InSSA denunció la falta de estudios fidedignos acerca de la inocuidad del HB4. “Hasta la fecha no se han publicado en revistas científicas internacionales, libres de conflictos de interés, trabajos de investigación desarrollados por equipos independientes y no ligados a los intereses comerciales”, aseguraron en su comunicado de prensa.
En Argentina, no existe un etiquetado que advierta sobre los alimentos genéticamente modificados. Desde el 2022, Julián Domínguez, el Ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca aprobó la comercialización y siembra del trigo HB4 de la empresa Bioceres-Indear. Este año, se confirmó que ya se encuentra en los alimentos de los argentinos.
“La responsabilidad del Gobierno es total. Desde la autorización sin pruebas de inocuidad, sin contemplar los efectos negativos en el campo y también con sus políticas científicas, con Raquel Chan como emblema, al servicio del sector más concentrado del agronegocio“, denunció Agustín Suárez, de la Unión de Trabajadores/as de la Tierra, según reporta Página/12.
El InSSa, además, insistió en la “necesidad de que los decisores de políticas atiendan a las evidencias científicas actuales que manifiestan los peligros y las incertidumbres de la incorporación de la variedad de trigo transgénico a nuestros territorios”.
Se proclamó la Declaración de Buenos Aires sobre la Personalidad Jurídica de los Animales No…
Desde el 28 de octubre, diversos pueblos latinoamericanos rinden homenaje a sus muertos. El alma…
¿Cuáles son y dónde están los empleos de futuro? Tres segmentos ocupacionales merecen especial atención:…
Argentina puede ocupar un lugar estratégico en el escenario global. Sin embargo, es imprescindible salir…
A días de la Solemnidad de todos los Santos, el Movimiento Laudato Sí y la…
La transición energética exige una cosmovisión totalmente diferente sobre lo que producimos y cómo lo…