Un estudio realizado por la Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada (RAISG) reveló que la Amazonía perdió más de 88 millones de hectáreas de bosques entre 1985 y 2023. La cifra equivale a casi 2,86 veces la superficie de la provincia de Buenos Aires.
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El análisis, basado en imágenes satelitales, revela que la selva ha perdido el 12,5% de su cobertura original en casi cuatro décadas.
Crisis ambiental: las causas principales de la pérdida de los bosques
La principal causa de la deforestación es la expansión de actividades como la minería, la agricultura y la ganadería. De hecho, el uso del suelo para minería, tanto legal como ilegal, aumentó un 1063%, mientras que la agricultura se incrementó en un 598% y la ganadería en un 298%.
Los ecosistemas naturales fueron reemplazados por grandes extensiones de pastizales y monocultivos como la soja y la palma aceitera. En algunas áreas, la minería aurífera ha dejado enormes cráteres de agua.
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Además, se estima que los bosques inundables se han reducido en 4,5 millones de hectáreas, lo que pone en riesgo la biodiversidad, especialmente la de los peces, afectando también la seguridad alimentaria de las comunidades locales.
Comunidades indígenas bajo amenaza
A pesar de que sólo un 6,5% de la deforestación afectó territorios indígenas y áreas naturales protegidas, estas comunidades siguen bajo amenaza constante. Entre 1985 y 2023, los pueblos indígenas perdieron 3,8 millones de hectáreas de bosques debido a la expansión de la minería, la agricultura y la tala ilegal.
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Con la COP16 de Biodiversidad y la COP30 sobre Cambio Climático en el horizonte, la RAISG advierte que los próximos dos años serán cruciales para implementar políticas de conservación más rigurosas.