El dengue es una enfermedad viral transmitida principalmente por la picadura del mosquito hembra del género Aedes aegypti. Los mosquitos adquieren el virus al alimentarse de sangre de una persona con dengue. Luego, al picar a otras personas sanas, transmiten el virus. Es decir que no se transmite de una persona a otra, ni a través de objetos o leche materna (u otros fluidos corporales), sino por la picadura del mosquito.
El dengue es una enfermedad muy dinámica e impredecible, a pesar de ser de corta duración (no más de una semana en casi el 90% de los casos). Su expresión puede modificarse con el paso de los días y puede también agravarse de manera súbita; por lo cual la persona requiere de un seguimiento médico, preferentemente de forma diaria.
Según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), la agencia nacional de salud pública de los Estados Unidos, el dengue se inicia abruptamente después de un período típico de incubación de entre 5 y 7 días. El curso sigue 3 fases: febril, crítica y de convalecencia.
Acorde a la Organización Panamericana de la Salud, detectar la fase correspondiente por la cual atraviesa la persona con dengue es crucial para evitar la progresión a formas graves del dengue.
Las tres fases del dengue según la Organización Panamericana de la Salud
- Fase febril
Los pacientes desarrollan fiebre alta y repentina. Esta fase febril aguda dura de 2 a 7 días y suele venir acompañado de enrojecimiento facial, eritema, dolor corporal generalizado, mialgias, artralgias, cefalea y dolor retro-ocular. Pueden presentarse manifestaciones hemorrágicas menores, como petequias y equimosis en la piel. Los pacientes que mejoran después de que baja la fiebre, se consideran casos de dengue sin signos de alarma.
Algunos problemas que pueden presentarse en la fase febril son la deshidratación, la fiebre alta que puede asociarse a trastornos neurológicos, y convulsiones en los niños pequeños.
- Fase crítica
Cerca de la desaparición de la fiebre, cuando la temperatura desciende a 37,5 grados centígrados o menos y se mantiene por debajo de este nivel, por lo general, en los primeros 3 a 7 días de la enfermedad, puede aumentar la permeabilidad capilar paralelamente con los niveles del hematocrito. Esto marca el comienzo de la fase crítica. Los pacientes que empeoran con la caída de la fiebre y presentan signos de alarma, son casos de dengue con signos severos. Las manifestaciones poco frecuentes incluyen hepatitis, miocarditis, pancreatitis y encefalitis.
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Problemas que pueden presentarse en la fase crítica: choque por la extravasación de plasma; hemorragias graves, compromiso serio de órganos.
- Fase de recuperación
Cuando el paciente sobrevive a la fase crítica (la cual no excede las 48 a 72 horas), pasa a la fase de recuperación. Hay una mejoría del estado general, se recupera el apetito, mejoran los síntomas gastrointestinales, se estabiliza el estado hemodinámico y se incrementa la diuresis.
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Problemas que pueden presentarse en la fase de recuperación: hipervolemia (si la terapia intravenosa de fluidos ha sido excesiva o se ha extendido en este período). Se conoce como hipervolemia al trastorno hidroelectrolítico consistente en un aumento anormal del volumen de plasma en el organismo. Esta puede ser provocada por insuficiencia renal, insuficiencia hepática, ICC, síndrome de secreción inadecuada de hormona antidiurética o por una terapia con líquidos intravenosos inadecuada.
Desde el Ministerio de Salud, hacen hincapié en que, ante la presencia de síntomas, es fundamental no automedicarse y realizar una rápida consulta al centro de salud más cercano.