Investigaciones recientes revelan que el emblemático glaciar Perito Moreno, ubicado en la Patagonia argentina, está experimentando “su retroceso más importante en el último siglo”, a pesar de haber sido considerado estable durante décadas. Esta transformación, que marca un cambio definitivo, destaca la fragilidad de un monumento natural hasta ahora confiable.
El deshielo se acelera
Un estudio publicado en Communications Earth & Environment muestra que el Perito Moreno ha comenzado a perder contacto con el lecho rocoso, lo que provoca una liberación acelerada de icebergs y una retirada sostenida del frente glaciar. La sorpresa de los científicos es tal, que han comenzado a percibir esta pérdida como una respuesta retrasada al cambio climático, posiblemente por un período prolongado de inestabilidad climática.
Para diseñar sus conclusiones, el equipo liderado por el estudiante de doctorado Moritz Koch realizó sobrevuelos con helicóptero equipados con radar, análisis adquiriendo datos a través de sonar en el lago frente al glaciar, y revisó imágenes satelitales que evidencian los cambios en la superficie helada.
Un símbolo que ya no es refugio climático
El Perito Moreno fue hasta ahora considerado un caso atípico —un glaciar que no retrocedía como la mayoría— y usado incluso por quienes niegan el cambio climático como argumento. Sin embargo, su reciente retirada pone en evidencia que incluso estos glaciares aparentemente estables están vulnerables al calentamiento global.
Como explica la glacióloga Erin Pettit: si el clima fuera estable, el movimiento de los glaciares se mantendría equilibrado por la acumulación de nieve y hielo. Pero la realidad actual marca una tendencia de pérdida neta en todo el mundo.
Implicancias globales
Aunque el Perito Moreno no está en zonas polares, su retroceso es simbólico y útil para anticipar lo que podría ocurrir en grandes glaciares antárticos o árticos. El derretimiento generalizado representa una amenaza directa para el aumento del nivel del mar y pone en riesgo a comunidades costeras e insulares.
Además, los glaciares locales, como el Perito Moreno, son parte vital de identidades culturales y fuentes de agua para poblaciones cercanas. Su desaparición no solo altera el paisaje, sino que también afecta los ecosistemas y comunidades que dependen de ellos, incluso causan avalanchas y flujos de lodo si colapsan abruptamente.