Los incendios forestales en Los Ángeles han creado una crisis no solo para los residentes humanos, sino también para las mascotas y los animales de la región. Desde el martes por la mañana, estos incendios han cobrado diez vidas y obligado a decenas de miles de personas a evacuar, generando caos para los perros, gatos y otros animales que consideran Los Ángeles su hogar.
Mientras algunos propietarios han huido con sus mascotas, una red de refugios y centros de rescate en el área de Los Ángeles está luchando para cuidar a los cientos de animales que han quedado atrás. Pasadena Humane, por ejemplo, ha recibido más de 180 animales de todas las formas y tamaños desde el martes por la noche, incluido un cerdo y, hasta hace poco, un pony. El personal del refugio está trabajando arduamente para hacer espacio para los animales que esperan lleguen en los próximos días, convirtiendo incluso una sala de esterilización en un área adicional para perreras.
La Fundación Lange, otro refugio de animales en el oeste de Los Ángeles, ha recibido cerca de 60 llamadas de dueños de mascotas en pánico desde que comenzaron los incendios. Están distribuyendo alimentos para mascotas, mantas y medicamentos a los propietarios que pudieron haber salido apresuradamente sin los suministros necesarios. Ya han recibido tres perros y esperan la llegada de más gatos, lo que genera preocupación por la falta de espacio.
El Departamento de Servicios para Animales de Los Ángeles está dirigiendo a los dueños de mascotas a centros recreativos que aceptan evacuados con sus mascotas pequeñas, mientras que los animales más grandes, como los caballos, pueden ser llevados al Centro Ecuestre de Los Ángeles. Aunque es difícil determinar el número exacto de mascotas desplazadas por los incendios forestales, se estima que son miles.
La situación es particularmente desafiante para los dueños de mascotas que buscan refugio. Nicole Montanez, por ejemplo, tuvo que llamar a cuatro hoteles antes de encontrar una habitación donde pudiera evacuar de manera segura con su hijo y su perro havanés de 4 años, Diego. El perro tosió durante todo el viaje en auto de 75 minutos desde Pacific Palisades hasta Marina del Rey, donde la familia se refugiaba de los incendios.
A pesar de la incertidumbre sobre el estado de su hogar y su tienda de ropa, Montanez se enfoca en la seguridad de su hijo y su perro. Esta situación refleja la prioridad que muchos dueños de mascotas dan a la seguridad de sus animales en tiempos de crisis, considerándolos parte integral de la familia.
Fuente: NYTimes.