Santa Marta, Colombia — En una de las ciudades que históricamente conectó continentes, la IV Cumbre CELAC-UE dejó un mensaje claro: América Latina, el Caribe y Europa quieren —y necesitan— trabajar juntas. Y CAF, el banco de desarrollo de la región, se posicionó como el puente financiero y estratégico para hacerlo posible.
La cumbre reunió a líderes políticos, empresariales y multilaterales bajo un diagnóstico compartido: en un mundo acelerado y crecientemente fragmentado, las alianzas con propósito se vuelven críticas. Y la relación birregional ALC–UE entró en una fase de renovado protagonismo.
Una oportunidad geoestratégica que no se puede dejar pasar
Sergio Díaz-Granados, presidente ejecutivo de CAF, fue directo en el Foro Empresarial ALC-UE: “Este es el momento para ensanchar la relación entre Europa y América Latina. Las oportunidades están de ambos lados; no podemos desperdiciarlas”.
¿Qué significa esto en la práctica? Que la región tiene lo que Europa necesita para su transición digital y energética: minerales estratégicos, energías renovables, biodiversidad, territorio para infraestructura crítica y talento joven.
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Europa, por su parte, aporta inversión, tecnología y experiencia para escalar industrias limpias, digitalizar economías y diversificar cadenas de suministro.
USD 40.000 millones para un futuro verde
El anuncio más fuerte llegó desde CAF: una inversión de 40.000 millones de dólares en los próximos cinco años para impulsar:
- proyectos de adaptación y mitigación climática,
- economía circular,
- protección de biodiversidad,
- infraestructura sostenible,
- y transformación energética.
Este paquete financiero se alinea directamente con Global Gateway, la estrategia europea para desplegar inversiones de alto impacto en regiones estratégicas.
Teresa Ribera, vicepresidenta ejecutiva de la Comisión Europea para la Transición Limpia, lo resumió así: “Queremos crear riqueza con calidad, respetando personas y territorios”.
Europa no viene con discursos: hoy es el mayor inversor en América Latina y el Caribe y su tercer socio comercial. El interés común está consolidado.
Uno de los mensajes que más resonó fue la visión de CAF sobre el potencial de la región para transformarse en un Green Valley: un ecosistema donde los centros de datos, las industrias digitales, y la infraestructura crítica funcionen con energías limpias y renovables.
América Latina tiene sol, viento, agua, litio, cobre y espacio. Europa tiene tecnología y capital. La alianza está servida.
Por su parte, Nadia Calviño, presidenta del Banco Europeo de Inversión (BEI), también dio resultados que alientan al multilateralismo y el rol de los organismos como CAF:
- más de 20.000 millones de dólares invertidos en 350 proyectos en América Latina y el Caribe,
- la alianza birregional representa más del 21 % del PIB mundial,
- más de 1.000 millones de personas forman parte de este bloque ampliado.
“Ponemos el dinero donde están las prioridades políticas. Siempre estamos”, afirmó Calviño.
Los cinco pilares que marcarán el futuro birregional
CAF presentó una hoja de ruta basada en cinco ejes estratégicos:
1. Transición verde
Impulsar inversiones para descarbonización, adaptación y biodiversidad.
CAF ya destinó 20.000 millones en cuatro años y duplicará ese esfuerzo.
2. Transición energética
Aprovechar los recursos minero-energéticos para integrar cadenas de valor limpias.
3. Transición digital
Convertir a la región en un Green Valley con conectividad avanzada y data centers sostenibles.
4. Integración comercial
Once ratificado el acuerdo UE-Mercosur, el bloque europeo alcanzaría el 97 % del PIB regional.
5. Fortalecimiento institucional de CAF
Consolidar su rol como catalizador financiero entre Europa y América Latina.
La sensación que dejó Santa Marta es que la conversación birregional entró en una nueva etapa: menos retórica, más inversiones, más proyectos y más visión compartida. La próxima cumbre será en Europa. Si esta agenda se sostiene, América Latina y el Caribe podrían posicionarse como protagonistas de la transición verde y digital global.
