Investigadores del Conicet encontraron que la madrecita de agua, un pez autóctono, reacciona ante la contaminación de hidrocarburos en el agua, por lo que la especie podrá ser utilizada como un instrumento de monitoreo ambiental de ríos y arroyos que estén cerca de parques industriales.
Publicado recientemente en la revista Science of the Total Environment, el estudio mostró que este pequeño pez nativo de Sudamérica que nunca había sido empleado para identificar derivados del petróleo presentó reacciones biológicas en dos canales que rodean al Polo Petroquímico de La Plata.
Cómo fue la investigación
Los investigadores evaluaron la enzima EROD en las madrecitas de agua frente a la exposición a hidrocarburos, una proteína que ya se utiliza como indicador de contaminación en otros animales.
“Nuestro grupo trabaja en ecotoxicología acuática, y en ese marco este estudio se propuso analizar la respuesta biológica de EROD como biomarcador, una sustancia utilizada a modo de indicador, en este caso, específicamente de exposición a un tipo de hidrocarburos”, explicó Pedro Carriquiriborde, investigador del CONICET en el Centro de Investigaciones del Medioambiente y uno de los autores de la investigación.
Los ensayos de laboratorio evidenciaron una respuesta biológica exacerbada de los peces y la investigación se trasladó al Polo Petroquímico del Gran La Plata, donde se comprobó que los ejemplares respondían de la misma manera en su medio natural.
“Una mayor inducción, es decir aumento de actividad, fue observada en hígado y branquias, y también en músculo”, aseguró Gabriela Rabuffetti, becaria del CONICET en el CIM y primera autora del trabajo, y agregó que se vio una transferencia del contaminante de la madre a las crías.
El valor de la investigación
Al comparar estos peces expuestos con otros que viven en un lugar con mejor conservación ambiental, se vio un aumento de la enzima, que está relacionada indirectamente con anomalías en el ADN que pueden derivar en distintas disfunciones biológicas como la formación de tumores.
“Los biomarcadores son un buen complemento de las mediciones químicas. De esta manera, es posible detectar efectos biológicos antes de que sean irreversibles”, enfatizan la y el especialista.
Hasta el momento, este pez no había sido utilizado en estudios de ecotoxicología para identificar contaminación por hidrocarburos en Argentina, Brasil o Uruguay, donde se distribuye.
“El aporte práctico es haber validado a la madrecita de agua como una herramienta de monitoreo ambiental, que ahora sabemos puede actuar como una excelente especie centinela”, concluyeron los investigadores.