Hay distintos tipos de gripe y una de ellas surge del virus influenza B. Esta infección respiratoria viral A afecta exclusivamente a los humanos y tiene una sintomatología leve pero puede complicarse en adultos mayores, niños y personas inmunodeprimidas.
En los cuadros más graves, el virus puede derivar en una neumomonía o bronquitis, complicando la situación general de salud del paciente.
Como otras enfermedades respiratorias, la influenza B se contagia principalmente a través del contacto directo con una persona infectada y también se puede propagar por el aire o través de superficies contaminadas.
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Los síntomas de la influenza B
Los síntomas suelen aparecer de forma repentina y pueden durar alrededor de una semana, aunque la tos puede alargarse más. Los principales síntomas de la gripe son:
- Fiebre alta.
- Dolor de cabeza
- Dolor de garganta
- Dolor en las articulaciones
- Dolores musculares
- Escalofríos
- Congestión nasal
- Tos seca
- Fatiga

Tratamiento de la enfermedad
El tratamiento pasa por el manejo de los síntomas, ya que es el sistema inmunitario el encargado de combatir el virus. Se pueden tomar los famosos “medicamentos antigripales” mientras se deja que el virus actúe y cumpla su ciclo.
Se recomienda:
- Lavarse las manos con frecuencia con agua y jabón o utilizar un desinfectante de manos a base de alcohol.
- Evitar el contacto cercano con personas enfermas.
- Cubrirse la boca y la nariz al toser o estornudar.
- Desinfectar las superficies que se tocan con frecuencia.
- Mantenerse hidratado.
- Dormir lo suficiente.
La mejor manera de prevenir la influenza B es vacunarse. La vacuna contra la influenza está disponible anualmente y se recomienda para todos los mayores de 6 meses.