El peor derrame minero de la historia argentina sucedió en 2015 en la mina Veladero, en San José de Jáchal, en la provincia de San Juan. El yacimiento era operado por la empresa canadiense Barrick Gold que derramó más de un millón de litros de solución cianurada y mercurio. A casi 9 años de este hecho que sigue impune, se llevará a cabo en Jáchal el 3° Festival Puentes de Agua desde este 22 de marzo, Día Mundial del Agua 2024, hasta el 24 de marzo.
Decenas de activistas defensores del agua y de los territorios arrasados por el extractivismo confluirán en Jáchal en el 3° Festival Puentes de Agua, un encuentro que tiene como objetivo intercambiar experiencias de resistencia contra los extractivismos, visibilizar las diferentes problemáticas y pensar estrategias comunes de lucha.
La sede fue elegida para acompañar a la Asamblea Jáchal No se Toca en su pedido de justicia, a nueve años del peor desastre ambiental minero de Argentina.
Se trata de la tercera edición de este Festival: la primera fue en la localidad catamarqueña de Andalgalá y la segunda en la bonaerense de Cardales, en Exaltación de la Cruz.
En esta ocasión, los organizadores del viaje comunicaron que el encuentro se realiza en Jáchal “como una forma de abrazo a las y los compañeros que desde hace años luchan para cerrar la mina Veladero -donde se produjo en 2015 el peor desastre ambiental de la historia de la minería argentina-, y expulsar a las empresas Barrick Gold (de Canadá) y Shandong Gold (de China)”.
“El encuentro servirá como espacio para que las diferentes asambleas del país puedan poner en común estrategias de resistencia y existencias frente a un modelo de muerte”, informaron.
Se acercarán a la localidad sanjuanina integrantes de No a la Mina de Esquel, Red de Comunidades Costeras, Marcha Plurinacional de los Barbijos, Asamblea Mar Libre de Petroleras, Multisectorial Reserva Natural Santa Catalina, Rebelión o Extinción (XR), Agüita Pura para San Juan, Red Ecosocialista, Radio Biblioteca On Line, Asamblea Agua Pura Valle Fértil, Grupo de Filosofía de la Biología, Por el Monte, Basta de Falsas Soluciones (BFS), Espacio Socioambiental de Agronomía, Asamblea Autoconvocada “Yo amo a mis Sierras”, Exaltación Salud y el colectivo Después de la Deriva, entre otros espacios, además de personas autoconvocadas.
Esta edición tendrá como epicentro de las actividades la carpa de la Asamblea Jáchal No se Toca.
El encuentro iniciará con proyecciones de documentales de cortos vinculados a la temática extractivista, presentaciones de libros, feria artesanal y de emprendedores y el espacio de encuentro de asambleas y activistas.
El sábado por la noche será el festival musical y la figura central será el cordobés José Luis Aguirre (premio Consagración Cosquín 2024). Taambién habrá artistas regionales y locales como los NN, de Andalgalá; La Púa de agüita, Daniel Giovenco, Matías Montaña, Ale Garay, Retro Nostalgias y otras intervenciones escénicas como los Circopatas, Chispa y Ponja Roca.
Las actividades cerrarán el 24 de marzo con una marcha y acto por el Día de la Memoria.
El Festival Puentes de Agua nació en 2022 como respuesta a las detenciones de Aldo Flores y Enzo Brizuela el 30 de mayo de 2022, con el objetivo de acompañar la lucha de la Asamblea El Algarrobo, de Catamarca.
En Catamarca hay alrededor de 100 causas judiciales contra vecinos que defienden la tierra, el agua y la vida. “Causas en las que sistemáticamente se ordenan indagatorias, detenciones y allanamientos injustificados”, detallaron y agregaron: ”Otra forma de violencia institucional contra los pueblos y territorios de sacrificio, otra manera de justificar el Ecocidio, culpabilizando a las víctimas”.
“El 12 y 13 de septiembre de 2015 se produjo un derrame de un millón setenta y dos mil litros (1 072 000) de solución cianurada en la mina Veladero e incluso hay documentos internos de la empresa donde reconocen que lo derramado fueron cinco millones de cianuro y mercurio”, dijeron los organizadores del Festival.
Y continuaron explicando el paso a paso del proceso judicial:
La Asamblea Jáchal No se Toca surgió en febrero de 2015 para oponerse a la extracción de uranio que amenazaba la región.
Unos meses después, a partir del derrame contaminante del río en septiembre de 2015, se instaló una carpa en la plaza principal que desde entonces se sostiene como espacio de denuncia pero también de encuentro con la comunidad.
Aún los vecinos le siguen exigiendo a la jueza María Servini de Cubría que fije una fecha urgente de inicio del juicio oral.
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