La Legislatura de Tierra del Fuego, Argentina, modificó la Ley Provincial Nº 1355, una norma sancionada en 2021 con el objetivo de prohibir la salmonicultura en aguas lacustres y marítimas de la provincia. El impedimento se circunscribiría específicamente a las aguas del Canal Beagle. Esto sugiere que el cultivo de salmónidos podría ser permitido en otras zonas de la provincia fuera del Canal Beagle.
Esta apertura plantea un retroceso en materia ambiental en la Provincia, se realiza a contracorriente de la voluntad de la ciudadanía fueguina y desconociendo numerosos instrumentos y principios jurídicos. La misma actividad, al otro lado de la cordillera, ha ocasionado grandes problemas ambientales, incluyendo la contaminación de fiordos enteros.
En este caso, los perjuicios que se ponen sobre la mesa de instaurarse esta actividad incluyen la afectación de ecosistemas sensibles (como pastos marinos, bahías de gran marea y hábitats de fauna marina), el impacto sobre la pesca artesanal y el turismo de naturaleza.
Se precisan mecanismos de monitoreo, control y fiscalización institucionales, además de instancias de participación comunitaria antes de aprobar la actividad. El Foro destaca que para lograr la integridad ecosistémica y fortalecer la gobernanza oceánica se requieren evaluaciones de impacto acumulativo, transparencia en los procesos legislativos y plena consulta a las comunidades costeras e indígenas.
“La modificación de la Ley Nº 1.355 implica una vulneración del principio de no regresión en materia ambiental. Además, supone un incumplimiento del Acuerdo de Escazú, que exige estándares vinculantes en acceso a la información, participación pública y elaboración de políticas ambientales. Omitir estos mecanismos erosiona garantías esenciales para la protección del ambiente y los derechos de las generaciones presentes y futuras” destacan desde Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN).
El escenario de aprobación de la reforma se da en un contexto en que la provincia busca diversificar su matriz productiva y generar nuevos ingresos y empleo. La urgencia no puede suplantar el cuidado ambiental: la biodiversidad de los ecosistemas marinos del Atlántico Sur y la salud del mar patagónico requieren decisiones basadas en ciencia, no solo en promesas de desarrollo rápido. Asimismo, la toma de decisiones demanda evaluación técnica suficiente y transparente.

“Las aguas de la costa Atlántica de Tierra del Fuego presentan amplitudes de marea tremendamente significativas, muy grandes, una exposición a un oleaje intenso e importantes corrientes que hacen técnicamente inviable, o de muy alto costo, la instalación y desarrollo de sistemas de cultivos de salmones y truchas (en granjas marinas). Estas barreras físicas y geográficas limitan de modo significativo la factibilidad económica y ambiental de desarrollar la salmonicultura en la región”, señala Francisco Viddi de Fundación Melimoyu, Chile.
El Foro pide a las autoridades fueguinas que escuchen la voz de la ciudadanía, la ciencia y la naturaleza: ellas reclaman propuestas y medidas que reconozcan a la biodiversidad como patrimonio estratégico de la provincia y que abandonen proyectos efectistas y vacíos que entran en conflicto con la economía, la cultura y la identidad fueguinas.
Accede a la Posición del Foro para la Conservación del Mar Patagónico y Áreas de Influencia AQUÍ.













