Con el objetivo de frenar el avance del cambio climático, la Unión Europea solo venderá vehículos de emisiones cero a partir de 2035. Luego de meses de negociaciones y del polémico veto de Alemania de último momento por la inclusión de los e-fuels, el Parlamento Europeo aprobó la ley.
El objetivo de la UE es reducir las emisiones de carbono un 55% en los automóviles nuevos para 2030 y un 50% para las camionetas en comparación a los niveles 2021. Para el año 2035, buscan reducir al 100% todas las emisiones, según informó El mundo.
De los 27 países de la UE, Italia y Polonia votaron en contra. Rumania y Bulgaria se abstuvieron de la votación. Alemania, luego de haber logrado la inclusión de los combustibles sintéticos o e-fuels, votó a favor de la ley.
¿Qué vehículos se venderán en la UE a partir de 2035?
A partir del 2035, solo se podrán vender vehículos de cero emisiones en la Unión Europea. Es decir, los vehículos 100% eléctricos. Los vehículos híbridos que combinan sistemas de propulsión eléctrico y de combustión, no estarán permitidos.
Luego de una dura negociación, también se venderán vehículos de combustibles sintéticos, conocidos como e-fuel. Este tipo de combustible se produce a partir de la combinación de CO2 capturado —ya sea de la atmósfera o de un proceso industrial— e hidrógeno verde. Este último se obtiene a partir de la electrólisis del agua mediante el uso de electricidad renovable.
La producción de combustible sintético o e-fuel está libre de emisiones de carbono e incluso captura CO2. Sin embargo, al momento de la combustión del automóvil el e-fuel genera emisiones de carbono. La UE ha aceptado el uso de esta alternativa porque lo considera climáticamente neutro: el CO2 que genera en la combustión es compensado con el que se empleó en su elaboración.
La polémica de los e-fuels y el veto de Alemania
La ley ya había sido negociada y cerrada: solo estarían permitidos los vehículos eléctricos. Sin embargo, a último momento Alemania vetó la ratificación por parte del Consejo Europeo. El país exigió cambios para que se permita los combustibles sintéticos o e-fuels en la legislación.
La respuesta de la Eurocámara y de buena parte de los socios comunitarios fue negativa: no iban a retomar las negociaciones ya cerradas de la ley. Pero Alemania tiene peso suficiente para impedir una decisión por mayoría cualificada. Tras semanas de nuevas negociaciones bilaterales de la Comisión Europea encontraron una fórmula intermedia y aceptable para todos.
La inclusión de los e-fuels en la legislación se hizo con una condición: los vehículos deberán tener una tecnología que les impida arrancar con combustibles fósiles. Esta medida busca impedir que se prolongue la comercialización de los combustibles nocivos para el ambiente y cuyas emisiones contribuyen al cambio climático.
Hoy en día, los e-fuels son una tecnología cara. Según los cálculos de la ONG Transport & Environment, su precio en 2030 sería de 2,80 euros por litro, en comparación a los 1,70 de la gasolina hoy en día. Esto significa una “desviación costosa y masivamente ineficiente de la transformación a la electricidad en la industria europea”, según T&E.
En una entrevista a Motor1, Karl Dums, jefe del departamento de Desarrollo Avanzado de Propulsión y Estrategia Agregada de Porsche, manifestó que el precio de los e-fuels dependerá del nivel de producción que haya en el futuro. “Si se hace a escala industrial, será posible alcanzar un precio inferior a dos dólares por litro”, agregó Dums.
La “enmienda Ferrari”: excepciones a la ley
La ley aprobada por el Parlamento Europeo cuenta con excepciones a partir de la denominada popularmente “enmienda Ferrari” para aquellos fabricantes que producen una baja cantidad de vehículos por año.
Las marcas que declaren menos de 1000 vehículos nuevos por año serán las únicas que a partir de 2035 podrán seguir vendiendo modelos que utilicen combustible fósil. En principio, esto afectaría a marcas de lujo, como Ferrari, Lamborghini, Morgan, Koenigsegg, Bugatti o Pagani.
Como el volumen de ventas de las marcas de lujo es más bajo, pidieron más margen para adaptarse a la nueva ley. El calendario que implican las medidas europeas para la conversión de sus plantas amenazaba la supervivencia de los automóviles superdeportivos de Europa.
Aumentarán los puntos de recarga
Otro de los puntos acordados en el Parlamento Europeo fue el aumento del número de estaciones de recarga de vehículos eléctricos y las estaciones de repostaje de hidrógeno. La infraestructura de recarga debe crecer al mismo ritmo que la adopción de los nuevos automóviles.
A partir de 2025, deberán instalarse estaciones de recarga rápida de al menos 150kW de potencia cada 60 kilómetros a lo largo de las redes transeuropeas de transporte. Para los vehículos pesados, la potencia mínima será de 350 kW cada 60 km a lo largo de la red básica de la red transeuropea de transporte, y cada 100 km en la red global.