El proyecto de ley que establece un Régimen de Promoción del Gas Natural Licuado (GNL), obtuvo media sanción en la Cámara de Diputados de la Nación Argentina durante la última maratónica sesión. Con 126 votos a favor, 7 en contra y 102 abstenciones, la iniciativa de legisladores del PRO y la UCR pasó ahora a la Cámara de Senadores. El objetivo de la ley es favorecer la extracción de gas de Vaca Muerta para abastecimiento interno y para exportar a Europa y Asia. En el texto, consideraron que se trata de un plan de transición energética. ¿Puede la extracción de un combustible ser parte de la transición que necesita el mundo?
Para mitigar los efectos del cambio climático y cumplir con los acuerdos internacionales que firmó el país junto con otros países parte de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), es necesario un recorte de emisiones de gases de efecto invernadero en un 40% para el año 2030, pero la meta se ve lejana todavía. Según los impulsores del proyecto, la propuesta va en este sentido: “Queremos destacar que, en el marco de la transición energética hacia fuentes no contaminantes, consideramos a este proyecto podría ser un hito en una estrategia energética de largo plazo, que vaya a tono con los cambios que se vienen sucediendo en el paradigma energético mundial y que tienden a la mitigación del cambio climático mundial. En este sentido el GNL es el combustible menos contaminante, el más limpio y el de menor emisión de CO2 por unidad de energía producida”.
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El proyecto tiene por objeto establecer un régimen jurídico específico para la promoción de la producción de GNL (mezcla de hidrocarburos, principalmente metano en estado líquido en condiciones normales de presión y a una temperatura de menos 161°C) y sus actividades asociadas, vinculadas con el almacenamiento, comercialización, transporte y la instalación de infraestructura en el país en gran escala con destino, principalmente, a la exportación.
“Según explicaron autoridades de YPF ante los diputados, el marco general del proyecto propone una estabilidad fiscal de 30 años (aunque el proyecto dice 10 años), la devolución del IVA, derechos de exportación variables, exención de tributos a la importación y la adhesión provincial y municipal. También establece un marco cambiario que supone la libre aplicación de exportaciones 50%, el acceso a divisas para importaciones y una estabilidad cambiaria por 30 años para normas de endeudamiento financiero”, informaron desde el sitio gubernamental del Congreso.
Además, dispone la creación de un nuevo “Régimen de Promoción para Grandes Proyectos de Inversión en GNL” para realizar inversiones en bienes y obras de infraestructura destinadas al transporte de gas natural para la producción, licuefacción (proceso que permite que el gas natural cambie de estado gaseoso a líquido por la acción de la disminución de su temperatura, con lo que se consigue reducir su volumen en 600 veces y así, se permite transportar una cantidad importante de gas en buques llamados “metaneros”), almacenaje y comercialización (cuando el GNL llega a su destino, se convierte nuevamente en gaseoso en las plantas de regasificación y así puede ser llevado a su destino final a través del sistema de tuberías de gas natural).
Los beneficios fiscales serán ofrecidos a proyectos que inviertan como mínimo mil millones de dólares o una capacidad mínima de producción instalada de un millón de toneladas de GNL por año. Además, tendrán que tener un mínimo de 30% de componentes nacionales en la industria.
Producción y exportación de GNL: un plan de reducción fiscal
Si se aprueba la ley, se pondría en marcha un acuerdo firmado en septiembre de 2022 por YPF con la empresa malaya Petronas. Este consiste en la producción de gas en un bloque de Vaca Muerta, su transporte por un gasoducto de 620 kilómetros hasta la terminal de procesamiento, y su industrialización.
En la primera fase, se prevé la instalación de dos barcos licuefactores y, en la segunda, la construcción de una planta de licuefacción escalable con una capacidad de producción de 25 millones de toneladas al año, unos 465 barcos metaneros. La inversión estimada es de 10 000 millones de dólares en la primera etapa, lo que permitirá producir hasta 5 millones de toneladas al año de GNL. Dentro de 10 años, cuando el proyecto esté finalizado, planean que se podrán producir y exportar más de 25 millones de toneladas al año.
El debate del GNL en el Congreso: ¿plan energético sostenible o sesión exprés?
La diputada de Identidad Bonaerense, Graciela Camaño, logró que se incluyera un cambio en los artículos que se refieren al tema ambiental (solo dos veces en todo el proyecto se nombra la palabra “ambiente”): sumaron que el proyecto debe asegurar “el cumplimiento de las obligaciones ambientales asumidas por el transferente en cuya virtud se hayan otorgado los correspondientes permisos ambientales”.
El presidente de la comisión de Energía, Santiago Igon, dijo que ” es necesario incrementar la producción de GNL a una escala máxima y para eso incentivar a una escala de valor a lo que se va a producir”. En esa línea, el diputado nacional del MPN y gobernador electo de Neuquén, Rolando Figueroa, sumó que hay “una gran oportunidad: 20.000 millones de dólares de superávit va a generar Vaca Muerta sin riesgo climático” y que no se puede “desaprovechar”. Además, dijo que Vaca Muerta “provee el 52% del petróleo en el país, el 65% del gas” y que también “puede abastecer a toda la Argentina en virtud de las diferentes obras que se están llevando adelante”. “La posibilidad de proveer de GNL a Asia y Europa, nos impone tener que construir 3 gasoductos Néstor Kirchner”, ejemplificó.
Por su parte, la radical mendocina Jimena Latorre, dijo que “en lugar de dar un salto al vacío con un proyecto como este, el Gobierno que se está yendo debería haber definido una política energética en base a una planificación estratégica; no lo hicieron en cuatro años, ahora ya es tarde”. Por último, el diputado de izquierda, Nicolás del Caño, señaló que “este proyecto no está pensado en función de las necesidades de la población sino en función del mandato exportador que impone el FMI y el saqueo de las grandes petroleras”.
El riesgo del GNL: las fugas de metano
El gas no es una energía renovable, pero muchas personas la consideran una energía “de transición”. Sin embargo, esto no es 100% real, básicamente porque depende de la calidad con la que las empresas trabajen con el gas, es decir, que este no tenga fugas descontroladas.
Las Naciones Unidas explican que el metano es “un poderoso gas de efecto invernadero, aproximadamente 84 veces más potente que el dióxido de carbono medido durante un período de 20 años”; por lo que cualquier fuga o emisión de metano “deslegitima toda idea de que el gas natural sea un mejor combustible fósil”.
“‘Más limpio’ probablemente no sea la mejor palabra para describir el gas natural. En todo caso, siempre y cuando las emisiones de metano asociadas al gas natural estén bien gestionadas, no resulta ser tan problemático en términos de calentamiento global como lo son el carbón y el petróleo”, detallan.