Las elecciones presidenciales de Venezuela tendrán lugar este 28 de julio, con 10 candidatos presidenciales, pero solo 2 que lideran las encuestas: Nicolás Maduro y Edmundo González Urrutia. Las elecciones que definirán al mandatario para el período 2025-2031 tienen el foco puesto en lograr un proceso electoral justo y transparente, algo que sería un hito para Venezuela teniendo en cuenta las últimas elecciones que han estado manchadas de irregularidades. Pero, ¿algún candidato se está acordando del ambiente?
Las políticas ambientales de Maduro, el actual presidente de Venezuela, se han hecho evidentes a través de sus acciones a favor de la minería y la explotación sin límites del Amazonas, y en contra de la ciencia, los Parques Nacionales y el cuidado de la biodiversidad.
El discurso de González Urrutia, por su parte, demuestra un enfoque centrado en lograr la democracia y arreglar la economía venezolana. Aunque, en caso de ganar, el diplomático de 74 años deberá tomar medidas ambientales para arreglar lo que los expertos del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) catalogan de ecocidio.
En junio de 2021, el Panel Internacional de Expertos Independientes convocado por la Fundación Stop Ecocidio, redactó y propuso la siguiente definición consensuada de ecocidio: “se entenderá por “ecocidio” cualquier acto ilícito o arbitrario perpetrado a sabiendas de que existe una probabilidad sustancial de que cause daños graves que sean extensos o duraderos al medioambiente“.
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Nicolás Maduro: degradación ambiental y explotación de recursos sin límites
Nicolás Maduro llegó al poder en 2013, como sucesor del socialista Hugo Chávez. Desde ese entonces y ya con 11 años en el poder, ha llevado a cabo una serie de medidas que demuestran su postura frente al ambiente.
Antes de que Chávez tomara el mando presidencial, el 70 % del sur de Venezuela (repleto de bosques prístinos, flora exclusiva en el mundo y territorios de pueblos indígenas) estaba protegido. Después, desde 2002 hasta la actualidad, la vulneración de sitios naturales fue acrecentándose cada vez más y más, “causando la pérdida de soberanía nacional en más del 60 % del territorio venezolano”, según SOS Orinoco.
Ejemplo de ello es el decreto Arco Minero del Orinoco que dictaminó Nicolas Maduro en 2016. A través del mismo, el Presidente eludió la protección de los espacios naturales (entre ellos, territorios del Amazonas) y cedió el 12 % del territorio venezolano a la minería de oro, diamantes, níquel y otros minerales. Solo en el Parque Nacional Canaima, Patrimonio de la Humanidad, y hogar del Salto Ángel, se han extendido más de 59 núcleos de minería ilegal.
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Pero, ¿está mal aprovechar los recursos naturales para mejorar la economía de un país? De la forma en la que lo ha estado haciendo Maduro, sí, según las consecuencias que informa el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) y el grupo de expertos SOS Orinoco, que visibiliza la problemática de la Amazonía, Orinoquía y la Guayana venezolanas.
Ambos equipos de expertos han desarrollado investigaciones profundas sobre los efectos de la política minera de Maduro, entre los cuales mencionan:
- La deforestación de la Amazonía venezolana (con todos los efectos que conlleva en términos de pérdida de biodiversidad y destrucción de sumideros de carbono).
- La sedimentación y el envenenamiento por mercurio de ríos prístinos.
- La desertificación de grandes franjas de bosques amazónicos.
- El aumento de enfermedades transmitidas por vectores, como la malaria, así como el envenenamiento por mercurio.
Además, a nivel social, la ‘fiebre del oro’ desatada en Venezuela “ha promovido la trata de personas, la violencia entre grupos armados, el trabajo esclavo, el trabajo infantil, la prostitución y un desmantelamiento profundamente preocupante de las estructuras sociales indígenas, con innumerables asesinatos silenciosos -y no tan silenciosos- de indígenas y no indígenas“, según declara SOS Orinoco.
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La política ambiental de Edmundo González Urrutia y María Corina Machado
El futuro ambiental de uno de los 10 países con mayor biodiversidad del mundo podría tomar otro rumbo frente a un cambio de gobierno. El candidato opositor más apoyado es el exdiplomático González Urrutia. Sin embargo, encabeza su campaña electoral María Corina Machado, la inhabilitada líder opositora venezolana y cercana al círculo del presidente argentino, Javier Milei.
En un contexto generalizado de crisis social y económica, las propuestas del partido opositor no han hecho foco en el aspecto ambiental. Aunque, González Urrutia dio ciertos indicios al hablar sobre la industria minera y la privatización.
Ante la pregunta sobre el futuro de la empresa estatal Petróleos de Venezuela, que maneja los yacimientos del país, el candidato marcó distancia con las políticas de privatización de Milei: “Las empresas estatales que funcionen, se mantendrán. Tendremos que buscar ayuda para impulsar proyectos rezagados, y el Estado no tiene por qué estar metido en todo, administrando hoteles o líneas de taxi. Hay que ampliar la participación del sector privado”, dijo a El País.
Elecciones en Venezuela: qué dicen las encuestas
En un sondeo histórico, las encuestadoras más prestigiosas han mostrado una amplia ventaja de González Urrutia sobre Maduro. Equipos de expertos como Delphos, ClearPath Strategies, Consultores 21, Poder y Estrategia y ORC Consultores han coincidido en un triunfo que supera el 20% de la oposición por sobre el régimen dictatorial de Maduro.
Sin embargo, habrá que esperar a que las elecciones del próximo domingo 28 de julio se realicen de manera democrática y los resultados no se tergiversen a favor de ninguno de los partidos políticos, tal como los venezolanos confirman que ha ocurrido durante los últimos gobiernos.
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