¿Por qué el cuero no es ecológico? Se podría preguntar una persona. Más allá de los cuestionamientos éticos sobre si es o no maltrato animal utilizarlo, indudablemente, las curtiembres utilizan muchísima agua para limpiar el cuero. Además, muchas veces los residuos terminan contaminando los ríos. Ante este escenario, investigadoras argentinas descubrieron que un hongo, al comerse residuos no comestibles del agro, como orujos de uvas, formaba un material muy similar al cuero: el biocuero.
Este material sostenible podría reemplazar al cuero tradicional y solucionar dos problemas ambientales a la vez: no solo por las curtiembres, si no también por los residuos del agro que, si no son compostados, terminan contaminando. Este descubrimiento fue en 2022 y las científicas, junto con un economista, crearon la primera startup argentina de biocuero, “Mycorium Biotech”. En contacto con Carbono.News, los emprendedores dijeron que es un proyecto escalable, ya que solo hay tres empresas en el mundo que comercializan este material.
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Los impulsores estiman que para mediados de 2025 este producto ya será exportado y comercializado por grandes empresas, para que lo utilicen en diversos rubros, como transporte y moda. “El tamaño del mercado de cuero vegano es de 90.000 millones de dólares hacia 2025, eso es el 7% del mercado industrial de la carne”, detallaron.
Y sumaron: “En la actualidad, la industria de la moda enfrenta una crisis de sustentabilidad, generando más de 100 billones de artículos por año y emitiendo más de 20 billones de toneladas de CO2 anualmente”.
El nacimiento del biocuero
Las siete investigadoras que inventaron este material sostenible son del Instituto de Procesos Biotecnológicos y Químicos Rosario (IPROByQ) dependiente de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y el CONICET. Ellas son: la bioquímica Diana Romanini; las biotecnólogas María Rocío Meini, Laureana Guerra, Camila Ponce De León, Natasha Melnichuk y Dana Piazza; y la ingeniera en alimentos, Adriana Clementz.
A través de la biotecnología, estas científicas del CONICET apostaron a la economía circular. En su camino, tras una recomendación, comenzaron a investigar el hongo Ganoderma lucidum: milenario, abundante en el planeta y con propiedades medicinales. Este hongo es el que se alimenta de los residuos del agro no comestibles y el resultado es el biocuero.
Actualmente los CEO y Co-Funders de “Mycorium Biotech” son el economista y licenciado en Finanzas, Agustín Schiavio y las científicas que participaron del hallazgo: la co-directora de la Escuela de Biotecnología en la Universidad Nacional de Rosario, María Rocío Meini; la doctora en ingeniería en alimentos de la Universidad Nacional del Litoral, Adriana Clementz, y la vicedirectora del IPROByQ-CONICET, Diana Romanini.