La ambiciosa Ley Ómnibus, que pretendía reformar la economía argentina con una batería de medidas que incluían regresiones en términos ambientales, sufrió un duro revés en la Cámara de Diputados. Aunque contaba con media sanción el proyecto en general, ayer en la votación particular, punto por punto, seis de las doce votaciones que se llegaron a hacer resultaron en derrotas para el oficialismo. Por eso decidieron levantar la sesión y que vuelva a Comisiones: pero será a foja cero. ¿Por qué cayó?
- Por la falta de votos para aprobar los artículos clave, como las privatizaciones, el oficialismo levantó la sesión y devolvió la ley a las comisiones, donde se volverá al inicio del proceso legislativo.
- Por el artículo 155 del reglamento de la Cámara de Diputados que establece que un proyecto que vuelve a las comisiones después de haber sido sancionado en general o parcialmente en particular, debe regresar al trámite ordinario como si no hubiera recibido ninguna sanción.
- Por otro lado, la oposición se mostró reticente a apoyar un proyecto que consideraba “avasallante” y que, según ellos, no respondía a las necesidades reales del país. Incluso, legisladores de La Libertad Avanza y partidos afines también se mostraron en contra de algunas partes del proyecto.
- Otro factor determinante fue la presión social. Diversos sectores, como los sindicatos, las organizaciones sociales y movimientos ambientalistas, se movilizaron en contra de la Ley Ómnibus, argumentando que favorecería a los sectores concentrados de la economía y que afectaría negativamente los derechos de los trabajadores y el ambiente.
- Errores en la estrategia del gobierno: cometieron algunos errores en la estrategia de comunicación y negociación del proyecto de Ley Ómnibus. La falta de transparencia en la elaboración del texto original y la tardía apertura al diálogo con la oposición generaron desconfianza y dificultaron la búsqueda de acuerdos.
- Se trata de un proyecto demasiado ambicioso: la amplitud y complejidad de la Ley Ómnibus también conspiraron contra su aprobación. El proyecto abarca una gran cantidad de temas dispares, lo que dificulta su análisis y debate en profundidad. Además, la inclusión de medidas controvertidas, como la flexibilización laboral y la privatización de empresas estatales, generó un fuerte rechazo en la sociedad.
Queda claro que cualquier iniciativa oficialista de ahora en más deberá ser cuidadosamente consensuada con todos los sectores sociales.