Gracias a la existencia de los zoológicos, muchas especies sobrevivieron a la extinción, ya que afuera estaban seriamente amenazados. Sin embargo, hay muchos zoo que no se convierten en ecoparques ni trasladan a los animales a santuarios y siguen capturando animales libres para entretenimiento humano. En los contextos de encierro, ¿cómo se sienten estos seres sintientes?
La veterinaria Tessie Bisbal de la organización internacional “Sin Zoo” le explicó a EcoNews lo que sienten los animales en cautiverio:
- Salud mental: el cautiverio les genera un deterioro en su salud mental: estrés crónico, ansiedad y, en algunos casos, hasta depresión. Un estudio de la Universidad de Kent, de Inglaterra, descubrió que varios monos estaban estresados, comían sus propios excrementos, golpeaban su cabeza contra objetos, se arrancaban el pelo e incluso se automutilaban.
- Comportamientos anormales: diversos estudios encontraron que los animales encerrados caminan en círculos, balancean sus cabezas, se golpean contra los barrotes e incluso se automutilan por el estrés y la soledad en la que viven. Un ejemplo es la osa Stiffi de un zoológico en Argentina que caminaba en círculos sin parar adentro de su jaula.
- Problemas físicos: las jaulas y recintos muy pequeños, además de no permitirles actividades que sí harían en libertad, como caminar, correr, cazar o volar, les produce obesidad, atrofias musculares y hasta deformaciones de sus huesos. En un zoo de China, varios pandas gigantes tenían obesidad por las malas dietas y su falta de ejercicio.
Hoy en día, muchos zoológicos son solo lugares de exhibición, algo que está bastante lejos de ser espacios de conservación. Muchas organizaciones que rescatan animales exigen que trasladen urgentemente a los animales a santuarios adecuados para ellos y cierren los zoo.