La Organización Mundial de la Salud ya alarmó a la humanidad respecto a un virus que podría generar una nueva pandemia: se trata de la gripe aviar. El virus H5N1 comenzó a causar preocupación desde un brote de 2020 que causó la muerte de miles de aves de corral. Pero, lejos de quedar en el olvido, esta enfermedad que surge entre las aves volvió a tomar relevancia por sus riesgos y porque los efectos del cambio climático podrían favorecer su dispersión.
El cambio climático crea las condiciones perfectas para que se propaguen todo tipo de enfermedades. Desde el dengue hasta cualquier variante de la gripe. Entre ellas, la gripe aviar conforma hoy un riesgo inminente para los científicos. Esta última, a pesar de que se detectó por primera vez en 1996, hoy se ha propagado con más facilidad y amenaza por su alta mortalidad humana.
Cambio climático y gripe aviar: dos fenómenos íntimamente relacionados
Aunque el virus H5N1 aún no se propaga a seres humanos de manera masiva, desde la OMS advierten que esto podría ocurrir en algún momento. Zhang Wenqing, jefa del programa de prevención global de la gripe de la OMS, explicó que :“El cambio climático ha impactado en las rutas de las aves migratorias, y esto ha jugado un papel en la expansión sin precedentes del H5N1 en animales“.
Según la experta, la gripe aviar se propagó por todo el mundo en pocos años: emergió como un contagio masivo en aves en 2020, cruzó el Atlántico en 2021 hasta Norteamérica y en 2022 llegó Sudamérica.
Aunque aún no se ha registrado ninguna transmisión del H5N1 de persona a persona, la preocupación de la OMS radica en que las aves están infectando cada vez más a otros mamíferos. Así, si el virus evoluciona (lo que suele ocurrir) podría desarrollar las capacidades para infectar a los humanos directamente.