Después de catorce años del accidente nuclear post-Fukushima, Japón está apostando por la reactivación de sus centrales atómicas con lecciones aprendidas de la catástrofe. A pesar de tener un largo y complejo camino por delante para el desmantelamiento de la planta accidentada, el país ha aprobado recientemente su nueva hoja de ruta energética para los próximos 5 años.
En esa línea, el Gobierno ha decidido aumentar el uso de energía nuclear hasta casi el nivel previo al accidente de Fukushima, alrededor del 20%. Además, busca incrementar el peso de las energías renovables en el mix energético del país.
Lecciones de Fukushima
El accidente de la central nuclear de Fukushima Daiichi ocurrió el 11 de marzo de 2011 y fue uno de los desastres nucleares más graves de la historia. Este incidente fue causado por un terremoto y tsunami que afectó gravemente la planta nuclear ubicada en la prefectura de Fukushima. El siniestro fue clasificado como nivel 7 (el más alto) en la Escala Internacional de Accidentes Nucleares, igual que el desastre de Chernóbil en 1986. Este evento llevó a muchos países a reevaluar sus políticas de energía nuclear y a implementar medidas de seguridad más estrictas.

Japón implementó protocolos anti terremotos y anti tsunamis más exhaustivos, así como medidas contra atentados terroristas. En el terreno, se avanzó en la limpieza de residuos radiactivos en la central y zonas contaminadas cercanas. Asimismo, se redujo significativamente la superficie de acceso restringido por radiación excesiva desde el accidente.
El impacto de la guerra de Ucrania
Desde su inicio, el conflicto entre Rusia y Ucrania ha generado 229,7 millones de toneladas equivalentes de CO2, lo mismo que generan en un año 120 millones de automóviles de combustión o que las emisiones anuales combinadas de Austria, Hungría, República Checa y Eslovaquia.
Además de los impactos ambientales, la contienda se ha traducido en una gran crisis energética mundial. “En el año 2021, comenzaron a registrarse tensiones en los mercados energéticos debido a una serie de factores, entre ellos la extraordinaria rapidez del repunte económico que se produjo tras la pandemia. Esta situación se fue agravando considerablemente hasta convertirse en una verdadera crisis energética mundial tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia en febrero de 2022. El precio del gas natural alcanzó máximos históricos y, en consecuencia, también lo hizo la electricidad en algunos mercados. Los precios del petróleo se situaron en su nivel máximo desde 2008”, señala un informe de la Agencia Internacional de Energía.
Debido a la escalabilidad de estos conflictos, Japón considera reactivar o prolongar la operación de reactores nucleares. Sin embargo, la planta de Daiichi aún enfrenta desafíos para completar su desmantelamiento, programado entre 2041 y 2051. Para cumplir el objetivo, el Ejecutivo ha puesto en marcha métodos experimentales como pequeños robots y brazos mecánicos para acceder a los reactores dañados y preparar la extracción del combustible gastado.
*Fuente: efeverde.com