Las inundaciones que afectaron Argentina en marzo de 2025 estuvieron principalmente influenciadas por el cambio climático de origen humano, el cual exacerbó las condiciones meteorológicas que desencadenaron este evento, según un nuevo análisis realizado por ClimaMeter.
El informe reveló que los episodios de precipitaciones extremas, similares a las que causaron las inundaciones de marzo de 2025, ahora producen hasta 4 mm/día (un 7% más) de lluvia en comparación con los registros de la segunda mitad del siglo XX. Al examinar los cambios en los patrones climáticos desde 1950, el análisis concluye que las alteraciones en los patrones de precipitación y viento asociados a estas inundaciones son en gran medida atribuibles al cambio climático provocado por el ser humano, mientras que la variabilidad climática natural desempeña un papel secundario.
El análisis de ClimaMeter, basado en los datos ERA5 de Copernicus, señala anomalías significativas en los patrones de presión superficial, velocidad del viento y temperatura de la región. Además, indica que los cambios en las precipitaciones pueden atribuirse directamente al cambio climático provocado por el hombre, lo que pone de relieve el creciente riesgo de fenómenos meteorológicos extremos en Argentina.
“La catastrófica situación que está sufriendo Bahía Blanca demuestra claramente la urgente necesidad de priorizar medidas de adaptación para proteger a las comunidades y garantizar un futuro más seguro para todos. Esto implica la necesidad de que primero reconozcamos nuestro papel como seres humanos en la remodelación de los sistemas de la Tierra con la quema de combustibles fósiles”, expresó Marisol Osman, experta de CIMA/CONICET-UBA, Argentina.
Por su parte, la especialista de la ICTP (Italia), Erika Coppola, agregó: “Los años 2024 y este año siguen superando el umbral de 1,5 °C establecido por el Acuerdo de París. Los fenómenos como la inundación de Bahía Blanca se intensifican por anomalías anómalas en la temperatura de la superficie del mar (TSM), combinadas con un frente frío que interactúa con el aire húmedo desde el Amazonas. Para evitar que el calentamiento global actual de 1,5 °C aumente a 2 °C, debemos reducir las emisiones con urgencia. De lo contrario, las inundaciones anómalas de hoy serán la norma de mañana. Invertir en la gestión del riesgo de desastres es esencial para aumentar la resiliencia en las regiones vulnerables y mitigar los impactos de estos fenómenos extremos”.
La tragedia de Bahía Blanca y la influencia del cambio climático
Las catastróficas inundaciones en Bahía Blanca el 7 de marzo de 2025 fueron causadas principalmente por un evento de lluvia intenso y sin precedentes. En un lapso de aproximadamente ocho horas, la ciudad recibió más de 400 milímetros (15,7 pulgadas) de lluvia, lo que equivale a su precipitación media anual.
Este diluvio provocó graves inundaciones repentinas, que causaron la pérdida de vidas (ya se han registrado 16 muertes y más de 150 personas siguen desaparecidas tres días después del suceso), importantes daños en las infraestructuras, incluida la destrucción de puentes y el derrumbe de carreteras asfaltadas. La rápida acumulación de agua desbordó los sistemas de drenaje de la ciudad, provocando una inundación generalizada de hogares, hospitales y calles. Además, según los expertos médicos, cabría esperar la propagación de enfermedades como consecuencia inmediata.
El evento ocurrió en el contexto de un frente frío que, en el momento del evento, permaneció bastante estacionario a lo largo de un eje de noroeste a sureste. Las anomalías de presión superficial muestran dos áreas de anomalías de presión negativa al norte y al sur de Bahía Blanca. Las anomalías de temperatura muestran una estructura compleja con áreas terrestres de anomalías positivas (+5 °C) y negativas (-2 °C), con un componente frío en el área con máxima precipitación. Los datos de precipitación indican cantidades diarias extremadamente altas que superan los 100 mm/día en la parte superior de la cuenca de Bahía Blanca.
Los datos de velocidad del viento indican vientos moderados sostenidos (hasta 100 km/h) hacia la costa y ausencia de vientos en la zona más afectada por las precipitaciones. Nuestro análisis se basa en datos ERA5, que integran algunas observaciones de estaciones, especialmente para datos de lluvia. Los valores aquí reportados pueden diferir de los observados en estaciones meteorológicas individuales.
*Fuente: Periodistas por el Planeta