En un contexto global donde la transición hacia energías limpias se ha vuelto imperativa, Argentina está dando pasos firmes para posicionarse como un actor clave en el mercado de las renovables. El 2024 marcó un hito histórico para el país, que cerró con la mayor generación de energía limpia de su historia, impulsada principalmente por proyectos eólicos y solares.
Este avance no sólo consolida el crecimiento del sector, sino que también abre una ventana de oportunidades para la descarbonización del país ya que, en la actualidad, Argentina sigue dependiendo de los combustibles fósiles: el gas natural (53%) y el petróleo (31%).
Un año récord para las renovables
Según datos de la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa), en 2024 la generación renovable alcanzó niveles sin precedentes. Solo entre enero y noviembre, se produjeron 20.679 GWh, un 13% más que en el mismo período de 2023. Noviembre fue el mes más destacado, con 2.249 GWh generados, marcando el tercer mes consecutivo por encima de los 2.000 GWh.
El liderazgo lo tuvo la energía eólica, que aportó 1.539 GWh en noviembre, superando su propio récord de septiembre. Le siguió la energía solar, que registró 446 GWh, un 11% más que en octubre, consolidando su crecimiento sostenido. Las pequeñas centrales hidroeléctricas, biomasa y biogás también contribuyeron, demostrando la importancia de una matriz diversificada.
Más allá de la alentadora performance de nuestro país en la materia, aún queda mucho por hacer e, incluso, los expertos señalan que en comparación con otros países de América Latina, podríamos estar mucho mejor de lo que estamos.
“Venimos un poco atrasados producto de distintos factores, entre ellos, los continuos años de crisis económicas. Sin embargo, es importante destacar que Argentina tiene todo el potencial porque tenemos los mejores recursos a nivel mundial”, señaló Martín Dapelo, Vocal Titular de la Comisión Directiva y Coordinador del Comité de Financiamiento de la Cámara Argentina de Energías Renovables (CADER) y Socio fundador en ON-Networking Business.
Según indicó el especialista, el NOA cuenta con los mejores niveles de irradiación mientras que el sur de la provincia de Buenos Aires y la Patagonia poseen los mejores ratios de rendimiento en parques eólicos.
En 2024, Argentina incorporó 926,9 MW de nueva capacidad renovable, un 16% más que en 2023. De este total, el 66,3% correspondió a proyectos eólicos y el 33,2% a solares. Actualmente, las renovables representan el 16% de la matriz eléctrica nacional, con 6.845 MW instalados, de los cuales más del 90% proviene de eólica y solar.

“Cuando hablamos de generación distribuida, es decir de proyectos residenciales, comerciales e industriales, la fuente más conocida es la energía solar fotovoltaica porque los paneles solares se adaptan a todo tipo de superficie. En ese sentido, tenemos unos 2600 usuarios de generación distribuida. Si bien viene creciendo a ritmo sostenido, cuando nos comparamos con Brasil, contabilizamos que ellos ya tienen 3 millones de usuarios conectados”, reflexionó Dapelo.
El rol del sector privado en la transición energética
Con esta proyección de crecimiento y este futuro prometedor, ¿qué está faltando para despegar en materia de energías renovables?
“Hay muchísimas oportunidades para crecer, en especial para el sector corporativo a partir de la reglamentación de la generación distribuida comunitaria para trabajar con toda la cadena de valor. Es que cuando analizamos la cadena de valor de un producto, la fabricación en sí, por lo general, representa un 25% de las emisiones de ese producto, mientras que el 75% restante se genera en la cadena de valor”, subrayó Dapelo.
Es decir que además de la acción pública, el involucramiento del sector privado resulta clave a la hora de hablar de transición energética. “Es importante que el sector corporativo pueda integrar a todas aquellas pymes que generan su cadena de valor y que las inviten a sumarse a todo lo que es la reducción de emisiones”, agregó el experto argentino.
Alineada a ese llamado, Unilever desarrolla, desde hace años, la sostenibilidad en toda su cadena de valor. Como compañía de consumo masivo, reconoce que su impacto es significativo y escalable. Por ese motivo, todas sus fábricas ya funcionan con electricidad 100% renovable.
Agustina Abril, ingeniera ambiental, destacó que Unilever está comprometida con la compra de energía solar. “De ahí se transforma en energía eléctrica que es inyectada a la red y esta misma cantidad de energía es la que se utiliza acá en las plantas de Argentina para generar un producto”.
Para Dapelo, Argentina necesita de un sector privado que implemente e impulse la transición energética. “Tenemos todo lo que se necesita para ser potencia en América Latina pero también en el mundo”, concluyó.
En ese horizonte de iniciativas y acciones público-privadas, el desafío ahora es acelerar este proceso, aprovechando los recursos y la fuerza corporativa para consolidar al país como líder en energías renovables.