Un reciente estudio de la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo llevado a cabo en 6056 hogares de zonas urbanas y rurales de todo el país reveló una alarmante disparidad en la distribución de las tareas domésticas en Argentina. Las mujeres dedican, en promedio, 6,5 horas diarias a labores del hogar, mientras que los hombres apenas dedican 3,5 horas. Esta diferencia de género no solo es significativa en términos de tiempo, sino que tiene profundas implicaciones en la vida personal y profesional de las mujeres.
La diferencia refleja una profunda brecha de género que afecta directamente las oportunidades laborales de las mujeres, limitando su desarrollo profesional y económico. Al destinar tiempo a tareas tales como el cuidado de los hijos y/o la limpieza, las mujeres enfrentan dificultades a la hora de ocupar roles de liderazgo.
(Podría interesarte: Reducir la desigualdad, la clave para un planeta “seguro y justo”)
A pesar de que las mujeres trabajan menos horas remuneradas, su tasa de pluriempleo es mayor: el 11,3% de ellas tiene más de un empleo, en comparación con el 6,2% de los hombres. Un dato no menor es que las mujeres ganan en promedio un 29% menos que los hombres.
Si bien el concepto de corresponsabilidad de género, que propone una distribución equitativa de las tareas del hogar, ganó visibilidad en los últimos años, en la práctica sigue sin concretarse.