Varias personas fueron detenidas por la muerte de una mujer en Suiza, efectuada en la cápsula suicida. Es la primera vez que se usa el dispositivo bautizado como Sarco, creado por la organización Exit International que busca “desmedicalizar la muerte”.
La ministra de salud, Elisabeth Baume-Schneider, declaró ilegal el uso de la cápsula suicida. Sin embargo, los creadores del dispositivo dijeron que la cápsula no infringía ninguna normativa suiza.
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‘Sarco’: cómo funciona la cápsula suicida
Creada en 2012 por el médico y físico Philip Nitschke, la cápsula Sarco dice ofrecer una “muerte pacífica”, sin la intervención de un médico.
Tal como cuenta Exit International, la organización detrás del controversial dispositivo, Sarco produce “una rápida disminución del nivel de oxígeno, manteniendo al mismo tiempo un bajo nivel de CO2 (las condiciones para una muerte pacífica, incluso eufórica)”.
El Sarco sólo puede ser encendido por la persona que se encuentra dentro de la cápsula. No hay cerradura en la puerta, por lo que la persona puede cambiar de opinión en cualquier momento, según explica Exit International.
Al presionar el botón de adentro, se elimina el oxígeno y el aire se vuelve 100% nitrógeno, la persona pierde rápidamente el conocimiento y muere, cuenta la organización.
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Quién está detrás de Sarco, la cápsula suicida
El dispositivo fue ideado por el británico Tony Nicklinson, que padecía síndrome de enclaustramiento. Los abogados de Tony se pusieron en contacto con Exit para preguntarle al Dr. Philip Nitschke si podía inventar una herramienta que pudiera activarse con un parpadeo (ese era el único movimiento que tenía Tony).
Philip es conocido por haber sido el primer médico del mundo en administrar una inyección letal voluntaria legal en virtud de la Ley de Derechos de los Enfermos Terminales de 1995 (NT).
La situación de Tony llevó al médico y físico a crear el Sarco, aunque, según cuenta Exit International, Tony murió antes de que pudiera terminar el proyecto.
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El debate del suicidio en Suiza
Ante la noticia de la muerte de una mujer de 64 años de EE.UU, que habría sido la primera persona en utilizar la cápsula suicida, Florian Willet, copresidente de The Last Resort, filial suiza de Exit International, dijo haber sido la única persona presente y que su muerte fue “pacífica, rápida y digna”.
Pero, la ministra de salud, Elisabeth Baume-Schneider ya había declarado el uso de Sarco en Suiza como ilegal.
La muerte asistida está permitida en Suiza. Sin embargo, implica que la persona se quite la vida sin “ayuda externa”, con la supervisión de un médico y quienes la ayudan a morir no lo deben hacer por “ningún motivo interesado”.
Entre lagunas jurídicas, Peter Sticher, fiscal del Estado sueco de Schaffhausen, escribió a los abogados de Exit International que se podrían enfrentar a una condena de hasta 5 años de prisión si usaran el dispositivo, según informó el periódico suizo ‘Blick’