Elon Musk, el visionario detrás de Tesla y SpaceX, volvió a ser noticia tras un nuevo logro de su empresa Neuralink. La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) aprobó el chip “Blindsight”, un implante cerebral diseñado para restaurar la visión en personas ciegas. Sin embargo, detrás de este avance tecnológico se esconde una polémica que pone en entredicho los métodos utilizados por la compañía para lograr sus objetivos.
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Un chip que revolucionará la vida de millones
Neuralink, fundada por Musk, ha estado trabajando durante años en el desarrollo de interfaces cerebro-computadora. Su objetivo es crear dispositivos electrónicos que permitan a las personas interactuar con ellos y, en un futuro, incluso mejorar sus capacidades cognitivas. Con “Blindsight”, la compañía dio un paso más hacia este ambicioso objetivo, al desarrollar un implante capaz de restaurar la visión en personas que han perdido la vista.
La aprobación de la FDA representa un hito importante en el campo de la neurotecnología y abre la puerta a nuevas posibilidades terapéuticas para millones de personas en todo el mundo. Sin embargo, hay denuncias por procedimientos poco éticos.
La otra cara de la moneda: acusaciones de maltrato animal
La euforia por este avance se vio empañada por las acusaciones de maltrato animal que pesan sobre Neuralink. Según una investigación de Reuters, la compañía habría utilizado un excesivo número de animales en sus experimentos, causando la muerte de más de 1500 de ellos entre 2018 y 2022.
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Empleados de la empresa revelaron que se utilizaron muchos más animales de los necesarios para cumplir con los ambiciosos plazos establecidos por Musk. Los animales, entre ellos monos, ovejas, ratones y cerdos, eran sometidos a procedimientos invasivos y, en muchos casos, eran sacrificados al finalizar los experimentos.
Chip cerebral para restaurar la visión: un dilema ético
La aprobación de “Blindsight” plantea un dilema ético. Por un lado, se trata de un avance tecnológico que podría mejorar la vida de millones de personas. Por otro lado, las acusaciones de maltrato animal ponen en duda la ética de los métodos utilizados por Neuralink para alcanzar sus objetivos.
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