Por sexto año consecutivo, Chile es el primer país de Latinoamérica en alcanzar el “sobregiro ecológico”, es decir que su demanda de recursos naturales supera la capacidad del planeta para regenerarlos en un año. Según datos de la organización Global Footprint Network, este sábado 17 de mayo, el país habrá agotado todos los recursos que la naturaleza puede renovar en los próximos doce meses, comenzando a consumir reservas destinadas a futuras generaciones.
El anuncio, difundido este jueves por Greenpeace Chile, revela una situación alarmante: si toda la humanidad tuviera el mismo nivel de consumo y contaminación que los chilenos, para el 17 de mayo ya habríamos excedido los límites ecológicos anuales del planeta. “Esto no es un récord para celebrar, sino una señal de alarma”, afirmó Silvana Espinosa, portavoz de la organización ambientalista a EFE.
Un problema que se agrava
Este año, la fecha del sobregiro ecológico se adelantó seis días en comparación con 2024, pasando del 23 al 17 de mayo. Según Greenpeace, este empeoramiento responde a tres crisis interconectadas: el cambio climático, la pérdida acelerada de biodiversidad y la contaminación por plásticos. “Si no actuamos con urgencia, en los próximos años seguiremos viendo cómo esta fecha se anticipa cada vez más”, advirtió Espinosa.
Chile, a pesar de su riqueza natural, enfrenta desafíos ambientales críticos. La matriz energética aún depende en gran medida de combustibles fósiles, la deforestación y la degradación de ecosistemas costeros avanzan sin control, y la producción de residuos plásticos sigue en aumento. Frente a este panorama, Greenpeace insta al gobierno a implementar medidas concretas en tres áreas prioritarias:
1. Acelerar la descarbonización
Aunque Chile ha avanzado en su Plan de Descarbonización, actualizado en 2024, Greenpeace considera que las metas son insuficientes. “El gobierno debe comprometerse a eliminar el carbón de la generación eléctrica antes de 2030, con plazos claros y acciones más ambiciosas”, agregó Espinosa a la agencia española.
El carbón sigue siendo una de las principales fuentes de emisiones de CO₂ en el país, y aunque se han cerrado algunas centrales térmicas, el ritmo no es suficiente para cumplir con los compromisos internacionales de reducción de emisiones.
2. Proteger los ecosistemas costeros
Otra de las preocupaciones centrales es la falta de una legislación robusta que proteja los más de 6.400 kilómetros de costa chilena. Greenpeace critica duramente el proyecto de Ley de Administración del Borde Costero y Concesiones Marítimas, que, según la organización, facilitaría la privatización de estos territorios y pondría en riesgo su biodiversidad.
“Necesitamos una Ley de Costas que priorice la conservación y no los intereses económicos de corto plazo”, exigió Espinosa. Los ecosistemas marinos son vitales para la absorción de carbono y la mitigación del cambio climático, pero su degradación podría tener consecuencias irreversibles.
3. Cumplir con la ley de plásticos de un solo uso
En agosto de 2024 debía implementarse en Chile la ley que regula la entrega de plásticos de un solo uso, pero su aplicación fue postergada 18 meses. Greenpeace denuncia que este retraso solo beneficia a la industria del plástico y perjudica al medioambiente.
“Chile genera más de 990.000 toneladas de plástico al año, y gran parte termina en el océano. No hay excusas para seguir dilatando una norma que es esencial para reducir esta contaminación”, sostuvo Espinosa.
A pesar del panorama desalentador, organizaciones ambientalistas insisten en que aún hay tiempo para revertir la tendencia. Entre las medidas urgentes se encuentran:
- Acelerar la transición energética, con más inversión en energías renovables y menos subsidios a los combustibles fósiles.
- Fortalecer la protección de áreas marinas y terrestres, evitando la sobreexplotación de recursos.
- Implementar políticas de economía circular, reduciendo la generación de residuos y promoviendo el reciclaje efectivo.
Y vos, ¿cómo podes contribuir desde tu lugar?
*Fuente: EFE