Con un arriesgado giro hacia un mundo más sostenible, la icónica marca de bebidas Coca-Cola tomó una decisión trascendental sobre su packaging: dejar atrás su distintiva etiqueta para avanzar hacia un proceso de reciclaje más efectivo.
Las bebidas seleccionadas como pruebas piloto fueron Sprite y Sprite Zero, en sus envases de 500 mililitros. Ambas variantes ya están en el mercado de Reino Unido sin sus respectivas etiquetas, simplemente con un logotipo en relieve y su información nutricional grabada con láser, en un formato de edición limitada. Si bien por el momento solo serán vendidas en este territorio, la firma planea expandir esta medida a nivel global.
La empresa explicó que, si bien las etiquetas actualmente en uso son reciclables, su eliminación completa simplificaría drásticamente el proceso de reciclaje. Esto significa que no sería necesario separarlas de las botellas durante el proceso, lo que a su vez reduciría significativamente la cantidad de material de embalaje utilizado.
Esta iniciativa refleja un cambio progresivo hacia una estética minimalista, impulsado no solo por consideraciones culturales, sino también por un compromiso ambiental.
Javier Meza, Vicepresidente de Coca-Cola para Europa, explicó que: “Puede parecer algo simple, pero representa un cambio desde la perspectiva del marketing: la prueba puede contribuir a que se produzcan cambios a largo plazo en el modo en que las marcas se comunican con sus consumidores”.
¿Llegaremos a ver este cambio en nuestro país?
*Por María Inés Villola