¿Sabías que las gallinas también experimentan emociones muy similares a las nuestras? Un sorprendente estudio científico reveló que estas aves pueden sonrojarse, al igual que los humanos, cuando sienten miedo o excitación. Este descubrimiento marca un hito en nuestra comprensión de la vida emocional de los animales y abre nuevas puertas para mejorar el bienestar de las aves de granja.
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Investigadores franceses han logrado capturar en video el momento exacto en que las gallinas hembra experimentan un ligero enrojecimiento en la piel de sus caras como respuesta a estímulos emocionales. Además, estas aves “inflan” las plumas de su cabeza cuando se sienten contentas. Este estudio, publicado en PLOS ONE, ha sido posible gracias a la observación detallada de dos grupos de gallinas en diferentes situaciones.
¿Por qué es importante este hallazgo?
Hasta ahora, evaluar las emociones de las aves era un desafío. Sin embargo, este nuevo estudio demuestra que la ruborización puede ser un indicador fiable de los estados de ánimo de las gallinas. Este conocimiento es fundamental para los granjeros, quienes podrán utilizar esta información para mejorar las condiciones de vida de sus aves y garantizar su bienestar emocional.
Este descubrimiento no solo nos sorprende por lo similares que somos a las gallinas en cuanto a la expresión de emociones, sino que también nos invita a reflexionar sobre nuestra relación con los animales. Al comprender mejor la vida emocional de las aves, podemos desarrollar prácticas más respetuosas y compasivas en la agricultura y en nuestra vida cotidiana.
¿En qué otras formas nos parecemos a las gallinas? Esta pregunta abre un amplio abanico de posibilidades para futuras investigaciones. Es probable que a medida que profundicemos en el estudio del comportamiento animal, descubramos nuevas similitudes entre las especies y redefinamos nuestra concepción de la inteligencia y la conciencia en el reino animal.